Series de televisión para comérselas

Un coche grande, de color oscuro y con los cristales ahumados para enfrente de una casa humilde. Un hombre negro abre las vallas metálicas que dan al pequeño patio del edificio. Del coche se baja un hombre vestido de manera impecable, con el periódico en la mano, seguido de otro que lleva unas gafas de sol y espera fuera del automóvil. Estoy segura que los muy “seriéfilos” habéis adivinado ya la escena a la que me estoy refiriendo. Sí, es ésa: el momento en que Frank Underwood llega a uno de sus lugares favoritos, Freddy`s. Ahí, el propio Frank se encarga de que sepamos que las costillas son su comida favorita, uno de sus “guilty pleasures”—como él mismo dice—incluso a las siete y media de la mañana. No se trata de un dato banal, pues supone reconocer que es un gran carnívoro y que está dispuesto a comer carne siempre, incluso a esas intempestivas horas.

El momento en que vemos a Frank comiendo costillas es significativo, dice mucho del personaje: es un gran carnívoro, un verdadero depredador, que ataca a sus enemigos sin compasión en el momento adecuado.  Y para muestra, un botón:

Hay vida antes y después de Frank Underwood

House of cards se ha convertido en una de las mejores series de televisión que nos llegan desde Estados Unidos, pero no es la única y tuvo importantes precedentes. ¿Quién no recuerda, por ejemplo, la maravillosa Los Soprano? En muchas retinas ha quedado grabada la imagen de Tony Soprano, magistralmente interpretado por James Gandolfini, caminando hacia el frigorífico para zamparse unos canelones tan fríos como algunos de los fiambres que antes fueron mafiosos. Y  la cosa no se queda ahí, pues continúa con lasaña, hamburguesas, macarrones… ya veis: trabajar en la mafia provoca mucha hambre.  Así, encontramos a un glotón irredento e impulsivo, una persona que ahoga su ansiedad y sus agobios en comida. Y no se trata sólo de un capítulo, sino que a lo largo de las seis temporadas que duró esta maravilla pasa ante nuestros ojos todo tipo de comida italiana; tanto es así que hasta se publicó un libro con las mejores recetas de la familia Soprano.

¿Qué me decís de Jay Landsman en The Wire? La hamburguesa grasienta entre sus gruesos dedos deja entrever la calaña del personaje y de parte de la sucia ciudad en la que vive. Una hamburguesa llena de todo: beicon, queso, carne, lechuga, patatas, pan… Una hamburguesa que casi no le cabe en la boca, pero sacia y calma a Landsman, que se regodea en ella cada vez que puede.

Está claro, la comida no aparece de forma casual en estas series: siempre tiene un significado explícito y, también lo tiene cómo comen; no únicamente qué y cuándo. Y, claro, no puedo olvidarme de una serie que vive por y para la comida: Hannibal. Todos los capítulos llevan nombre de comidas y en prácticamente todos aparece un plato sofisticado. ¿Qué descubrimos aquí? Un hombre elegante, de buenas maneras, educado, culto y, ante todo, un sibarita interesadísimo por la peculiar comida que cocina.

Hannibal Series tV

Como veis, son cuatro personajes del todo diferentes; poco tienen que ver sus personalidades, pero todos se dejan llevar por la comida. Somos lo que comemos, algo que decimos muchas veces, pero está claro que lo confirmamos ante estas series. La comida forma parte esencial de la vida de las personas, porque no sólo las alimenta, las cuida y les aporta salud; también las define. En muchas ocasiones, y en estas de las que hablamos, seguro que nos ayuda a comprender a los demás. La comida se convierte en un ritual, casi en una ceremonia, algo que ayuda a preservar y a poner de relieve la identidad del personaje. Podemos conocer los caracteres de cada uno de estos protagonistas  a través de lo que comen, incluso adivinar cómo van a reaccionar ante ciertas situaciones.  Y es que lo que comemos y cómo lo hacemos dice en profundidad quiénes somos y de dónde venimos: ¿cuál será el siguiente plato?


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