¿Qué te parecería una cena a base de fagottini de gorgonzola y pera con salsa de trufa negra? ¿Y acompañada de tataki de atún rojo y arepa de ropa vieja cubana? Pues la propuesta no termina aquí… Porque en La Cena de los Malditos, las posibilidades se multiplican…
Es el plan gastronómico más innovador que vas a encontrar para estos días. ¿Formar parte de una obra de teatro mientras degustas alguna de estas delicias? Es la última creación del Teatro Bodevil. Un auténtico Dinner-Show.
En esta propuesta, el espectador deja de serlo para convertirse en comensal, y compartir mesa con un elenco de actores malditos. Estos malditos son los proscritos, hijos de los suburbios del París del siglo XVIII y del Nueva York del siglo XIX, ambiente que se traslada al escenario donde lo grotesco y la belleza de los bajos fondos y las altas cunas, se mezclan.
Madame Dissolue (interpretada por Beatriz Ros) es la maestra de ceremonias en el Teatro Bodevil: ‘Les estábamos esperando, ¡ya pensábamos que no vendrían!’, comenta sus comensales nada más llegar al escenario. A partir de aquí se encarga de guiar a espectadores por este universo de personajes.
El objetivo es que “el público no llega a vislumbrar el límite entre lo que ve y lo que saborea, entre lo que oye y lo que siente”. Y así, el plan de fin de semana es disfrutar de los ochos platos que componen esta cita gastronómica, entre diálogos, actuación de banda de música en directo, e incluso, acróbatas que dibujan sobre la platea los más bellos movimientos. Un menú a base de cabaret, acrobacias, teatro, música…
Y para ello desaparecen las convenciones de un teatro tradicional, para que el público y actores compartan mesas, porque en esta obra todos son partícipes. Todo bajo la batuta de Carlos Acerves, el cocinero que se pone a los fogones de esta obra para preparar un exquisito menú: mini hamburguesa Bodevil de buey, ibéricos sobre pan de cristal y salmorejo de cereza, ensalada de sardina ahumada con tomate cherry confitado y escalibada, fagottini de gorgonzola y pera con salsa de trufa negra, tataki de atún rojo, arepa de ropa vieja cubana, y de postre, brownie de chocolate con crema de lima y cereza.
Un espectáculo que rompe los límites del ocio, la cultura y la gastronomía. ¡Ya tenemos #plandeviernes!
Fotos: Viktor Studios (www.viktorstudios.com)
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