Se abre la puerta del restaurante. Quien acaba de entrar busca con timidez al grupo con el que ha quedado. Los ve, al fondo, han pedido una botella de vino y algunos ya se ríen. Se dirige a ellos con paso firme. Al aproximarse ve cómo el resto de cabezas a la mesa se giran hacia él. Debe presentarse.
– Hola. Lo siento por el retraso. Me llamo Eugenio y trabajo para una inmobiliaria. Vosotros, ¿cómo os llamáis?
Pueden ser María, Gustavo, Raquel o Ángel, qué se yo… Ninguno de los presentes se conocía antes de llegar al lugar, pero eso no les impide compartir una comida juntos. De hecho, es a lo que han venido.
Como lo oyes. Una nueva forma de compartir la mesa ha llegado, y parece que es para quedarse. La web francesa Colunching, lleva desde 2011 ofreciendo la oportunidad de renombrar las relaciones siempre con un objetivo gastronómico de fondo.
Pero, ¿qué lleva a la gente a compartir mesa con totales desconocidos? Se lo preguntamos a Fabienne Neveux, CEO de la plataforma: “A menudo tenemos nuestra vida profesional, familiar y nuestro círculo de amigos, pero es difícil hacer nuevas relaciones, conocer gente… Con Colunching, los usuarios pueden conocer a personas con sus mismas afinidades y compartir intereses comunes”.
Y ese interés común es la comida: desayuno, almuerzo, merienda, cena… no importa la hora del día, lo importante es reunirse en torno a un buen plato de comida o una buena copa de vino, abrir la mente y estar dispuesto a conocer gente.
Eso es lo que ha llevado a formar parte de la red Colunching a más de 16.000 miembros desde que se creó la plataforma. De entre ellos, Fabienne calcula que 3.000 personas se conectan a la web habitualmente y que se celebran unas 40 comidas al mes. Siempre en lugares públicos, eso sí. “En Colunching no proponemos que las reuniones sean en casas particulares, ni que los miembros tengan que cocinar, sino que se encuentren en restaurantes o en lugares públicos para compartir una comida”.
Aunque, señala, eso no evitaría que más adelante los miembros establezcan relaciones de amistad, más allá de Colunching. “La pérdida de los vínculos sociales, la creciente sensación de soledad, el predominio de las redes virtuales … En los últimos años, las personas se están dando cuenta de la importancia de lo real y pidiendo una vuelta a ‘lo humano’”, continúa Fabienne, que ensalza durante toda la entrevista la importancia del movimiento llamado “In Real Life” (En La Vida Real). “Las herramientas tecnológicas ya no deben ser un fin en sí mismo, sino un instrumentos para el servicio humano. Queremos que Colunching sea una herramienta virtual para reuniones reales”.
En estas reuniones existen algunas reglas. “Nada de proselitismo o de venta de productos”, afirma Fabienne. Además en cada reunión, de un máximo de 8 personas, tiene que haber como mínimo una persona desconocida, y se ha de tener especial cuidado con no llegar tarde por respeto al resto de comensales.
Pero, ¿cómo funciona exactamente esto del Colunching? Tan fácil como crearse un perfil en la web, totalmente gratuito, para poder empezar a ver lo que se cuece dentro. Una vez se es miembro, ya puedes empezar a organizar eventos o acudir a los que más te interesen. “Con cada comida o reunión creada, todas las personas interesadas por la temática y que están presentes en el perímetro geográfico son automáticamente invitadas por email”, explica Fabienne.
Si te interesa, pronto aterrizará en España. “Tenemos alrededor de 200 miembros españoles, así como restaurantes que a menudo nos preguntan cuándo estará disponible el concepto en España y estamos encantados porque amamos este país”. Augura que el desembarco de la plataforma francesa en su vecino del sur (del que ensalza nuestra “deliciosa gastronomía”) se espera para el otoño o “tan pronto como sea posible”. Y no hay mejor manera de convencer al personal de la esencia de Colunching que leyendo la invitación que ella misma tiene en su propio perfil de la web: “recuerde que ‘su mejor amigo era primero un ilustre desconocido’”.
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