Improve your karma

Two friends are on a motorcycle. They stop at a stoplight. One is a European. The other is Indian. Both of them watch a common scene in India: hundreds of pigeons swarm around a person who holds a metal plate full of grains of wheat in one hand, while scattering the grains with the other. “Are they feeding the pigeons? Did you know that’s illegal in my country?” asks the European. “Illegal? How can it be illegal to feed animals?” answers the Indian. I don’t know which of the two is more surprised.

In India, feeding the pigeons is not something you can do; it’s something you must do. It is a duty to feed each animal you find in the street. This comes from the old belief in reincarnation: each person must pass through numerous lives until his or her soul, completely evolved, joins with the Divine Light, the light of Brahman, god the creator. And of course, those many lives include having been an animal.PAL_2672_p«FOR ME, ANTS ARE PEOPLE»
That’s why it’s very common to see all kinds of animals wandering the streets (cows, pigs, goats, dogs, cats, birds…). They are fed by passers by. One time a friend stopped to feed breadcrumbs to some ants. “Maybe they are just ants to you, but to me they are people. They are only waiting for the moment to be born as human beings.” Stunned, I had no choice but to squat down and give them some of my food.

The transmigration of souls is closely related to the concept of karma: all actions carried out by man determine the conditions of this life and following lives, in the same way that what was done in the past determines the conditions of the life being lived now. So in order to have good Karma, you have to do things that tilt the scales to the good side. In pagan terms, it’s a way to earn points.

GOOD KARMA
The rule could be applied to all animals, but the Hindu culture is especially superstitious when it comes to pigeons. So you see the same scene in every plaza, as small as it may be: a blanket of yellow grains barely lets you see the ground beneath it, and before the pigeons can finish the feast, more metal plates are filled and emptied for them.PAL_2608_pThere are many religious groups who give special meaning to the feeding of these birds. Some hold the belief that they will never be hungry in their next lives if they feed the pigeons in this life. Others believe that when you die, your soul takes on the shape of a pigeon, so by feeding them, you are caring for the souls of your ancestors.

Although you can feed them anything, not everyone walks around with breadcrumbs in their pockets, but it is always easy to find someone selling pigeon food. In the corner of the plaza, or on the street, sellers line up between bags of wheat or dried corn to sell their grains. They work non-stop, since most people who pass by stop to buy a plate. For ten rupees (0.10€), you can have your problems with karma resolved. Why not give it a try?

Photo: Elena del Estal


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Mejora tu karma

Dos amigos van en una moto. Se paran en un semáforo. Uno es europeo. Otro es indio. Los dos miran hacia una imagen muy común en el país asiático: cientos de palomas revolotean en torno a una persona, que con una mano sostiene un plato metálico lleno de granos de trigo que esparce con la otra. “¿Están dando de comer a las palomas? ¿Tú sabes que eso en mi país está prohibido?”- dice el europeo. “¿Prohibido? ¿Cómo se puede prohibir alimentar a los animales?”, contesta el indio. No se quién está más extrañado o sorprendido de los dos.

En India dar de comer a las palomas no es que se pueda, es que se debe hacer. En realidad, es un deber alimentar a cada animal que uno se encuentre por la calle. Se parte de la vieja creencia de la reencarnación: cada persona debe pasar por numerosas vidas hasta que su alma, completamente evolucionada, se funde con la Luz Divina, ésta es la de Brahman, el dios creador. Y claro, esas numerosas vidas incluyen haber sido un animal.
PAL_2672_p«LAS HORMIGAS PARA MI SON PERSONAS»
Por eso es muy común ver por las calles como todo tipo de animales callejeros (vacas, cerdos, cabras, perros, gatos, pájaros…) son alimentados por quienes pasan por su lado. En una ocasión un amigo se paró a ponerle trocitos de pan a unas hormigas. “Para ti quizás son hormigas, pero para mí son personas. Sólo están esperando que llegue su momento para nacer como seres humanos”. Atónita, no pude sino agacharme yo también a dejarles un poco de mi comida.

La transmigración de las almas está muy relacionada con el concepto del karma: todas las acciones que el hombre lleve a cabo determinan las condiciones de esta vida y de las siguientes, del mismo modo que lo que se hizo en el pasado determina las condiciones en las que se vive ahora. Asì que para tener un buen Karma, hay que hacer cosas que inclinen hacia ese lado la balanza. Dicho de manera pagana, es un modo de ir sumando puntos.

BUEN KARMA
La norma podría aplicarse a todos los animales, pero en la cultura hindú son especialmente supersticiosos con las palomas. Por eso la imagen se repite en cada plaza, por diminuta que sea: un manto de granos amarillos apenas deja adivinar el suelo, y antes de que las palomas puedan acabar con el festín, más platos metálicos se llenan y se vacían para ellas.

PAL_2608_pSon numerosos los grupos religiosos que le dan significados especiales a la alimentación de estas aves. Unos sostienen la creencia de que nunca se pasará hambre en las próximas vidas si en la presente se les da de comer. Otros sin embargo sostienen que cuando uno muere su alma asume la forma de una paloma, por lo que alimentándola se está cuidando el alma de sus antecesores.

Aunque se les puede dar cualquier alimento, no siempre se anda con miguitas de pan en el bolsillo, pero eso no es problema porque es fácil encontrar a quién comprarle el alimento para darle a las palomas. En una esquina de la plaza, o en la misma calle, se colocan los vendedores entre sacos de trigo o de maíz seco para vender. No dejan de llenar platos, pues la mayoría de la gente que pasa a su lado se para a coger su ración. Por diez rupias (0.10€) puedes tener tus problemas con el karma resueltos, ¿por qué no probar?.

Fotos: Elena del Estal


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