Pensar que un palo de dos metros de largo puede convertirse en un líquido dulce y delicioso extraña ¿verdad?, pero ¿de dónde creéis sino que sale el zumo de caña de azúcar?
Cuesta esfuerzo y trabajo exprimir palos de madera entre dos prensas, una y otra vez, hasta convertirlos en meras astillas secas. Pero el resultado es una explosión de frescura que se agradece enormemente en las zonas más calurosas del mundo. Sudamérica y el sur asiático son los mejores lugares para poder ver a estos gigantes exprimidores en cada esquina de unas caóticas y desordenadas calles.El líquido, a veces amarillo verdoso, a veces marrón, se compone exclusivamente de azúcar, pero que no teman los fóbicos a las calorías, porque al ser azúcar en crudo, sin refinar, tiene un índice glucémico relativamente bajo. Apenas 11 calorías entran en un vaso, que sin embargo aportan vitaminas y minerales tales como magnesio, hierro, fósforo y potasio muy necesarias para el cuerpo. ¡Así que nada de evitar probar este dulce jugo con la excusa de que engorda!
Además, por raro que parezca, es apto para diabéticos, porque se trata de azúcar natural, que permite tener los niveles de glucosa regulados. ¡Nada de subidones incontrolables de azúcar!
De hecho, lo único que sube tras tomar un vaso de zumo de caña es la energía y la hidratación de tu cuerpo, algo imprescindible para hacer frente a las altas temperaturas de los largos veranos tropicales.Pero es que las ventajas no acaban aquí. Los antioxidantes naturales de la caña fortalecen el sistema inmunológico del cuerpo. Además se ha demostrado ser eficaz en la lucha contra el cáncer: las células cancerígenas no pueden sobrevivir en un ambiente alcalino, y los minerales que aporta la caña son esencialmente de este tipo.
Ayudan al hígado, a los riñones, mantienen estables los niveles de bilirrubina, actúa como digestivo, fortalece los dientes, las uñas y el pelo y evita el mal aliento. Vamos, es que al final resulta que este zumo de palo ¡es una joyita alimenticia!
Así que la próxima vez que alguien te ofrezca un trago, no dudes en tomarlo. Y si pasas delante de estas grandes ruedas exprimidoras pídete un vaso, tardarás apenas segundos en acabarlo.Fotos: Elena del Estal
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