Tras los pasos del Spritz

De un tiempo a esta parte no son pocos los bares y coctelerías de toda España donde se puede degustar uno de los aperitivos más populares de Italia, el Spritz, una rica bebida elaborada con tres partes de cava o vino espumoso, dos partes de Aperol, una rodaja de naranja y un golpe de soda.

Sin embargo, en 1999, mucho antes de que la fiebre naranja de Aperol inundara los establecimientos de muchas grandes ciudades, el Bufalino, un pequeño barecito en pleno centro de Madrid servía sus ricos Spritz a los pocos clientes que demandaban esta bebida: algún italiano, algún sibarita, algún trotamundos, alguna pareja de recién casados que lo había probado en su luna de miel veneciana… De hecho, en Venecia, a quien pide cerveza le cobran cuatro euros, y a quien pide Spritz, con un guiño, mucho menos.

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Leticia Bonon, originaria de Varese, es la propietaria, junto con Nacho, su marido, del Bufalino, una casa de comidas que cumple ya tres lustros en el 9 de la calle de la Puebla de Madrid. “El Spritz ha estado en el Bufalino desde que abrimos, es el típico aperitivo de Padua de toda la vida, de ahí se extendió a la zona del Véneto y de ahí a toda Italia”, explica.

Al principio, Leticia se traía alguna botella de Aperol para hacer Spritz cuando viajaba a Italia a visitar a su familia, pero casi nadie se lo pedía, aunque a todo el mundo le gustaba su color naranja tan llamativo. “Sabía que iba a triunfar porque es un aperitivo refrescante, que no es demasiado amargo, y aquí gustan las bebidas así”, comenta. Y lo ha hecho, hasta el punto de que varios bares del barrio de Malasaña en Madrid, como Italiana Madrid, Aiò, Pepa Tencha, Gymage o Ditirambo, se han sumado ya a la Ruta Spritz.

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Según Leticia hay varias formas de hacer el Spritz. “En Padua se hace con prosecco, bitter y un poquito de soda; en Venecia se hace con agua con gas y vino blanco; en el Bufalino le echamos cava, vino blanco y un poco de soda, aunque algunos italianos lo piden con Campari porque es un poco más amargo”.

Atrás quedaron para esta italiana los tiempos en los que encontrar una botella de Aperol en España era una auténtica odisea. Hoy, Aperol, que pertenece al holding de su primo amargo, Gruppo Campari, está haciendo una potente campaña de publicidad que coloca “en el sitio que se merece” a esta bebida, que surgió de la ocupación austriaca de italia, según nos cuenta Leticia: “Parece ser que a los austriacos les parecían muy fuertes los vinos vénetos y les echaban soda y agua mineral para rebajar el grado alcohólico”. De ahí lo germánico del nombre de la mezcla.

Su suavidad, ya que el Aperol solamente tiene 11 % de volumen de alcohol, hace que este aperitivo sea ideal para tapear o tomarse una copita antes de disfrutar de una apetitosa comida. Y, desde luego para bailar, ya que hasta tiene su propia canción, en versión tecno (Spritz Hour, del grupo Emotiva), o punk (Spritz Song, de Punk y Nada), con lo que no es de extrañar que protagonice festivales como el Aperol Spritz Sound. ¡Salute!

Te proponemos esta ruta del Spritz por Madrid:

  • Bufalino (C/ Puebla 9)
  • Italiana Madrid (C/Corredera Baja de San Pablo 10)
  • Aiò (C/ Corredera Baja de San Pablo 25)
  • Pepa Tencha (C/ Calle Apodaca 3)
  • Gymage (C/Corredera Baja de San Pablo 2)
  • Ditirambo (C/Alfonso X, 5)

Fotos: Patricia Magaña y Aperol

Al preparar este artículo se nos ha hecho la boca agua con:

Tras los pasos del Spritz

Bufalino

Además de los más tradicionales Spritz debes probar sus otros cócteles o alguno de sus escogidos vinos que acompañarán perfectamente cualquier plato de su carta.
Bufalino
Calle de la Puebla, 9
28004 Madrid
 

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