Halloween llegó para quedarse. Hemos importado una fiesta y la calabaza redonda ha aparecido a la par en nuestras vidas. Puede ser divertido y queda hasta gracioso agujerear una cara asustadiza en una calabaza para la noche del 31 de octubre, pero ¿qué hacer al día siguiente? Aquí van 10 razones por las que debes reciclar las calabazas agujereadas para que formen parte de tus platos tras la resaca del “¿truco o trato?”.
1. Ideal para perder peso
Si te pasaste de merendola en Halloween, considera incluir la calabaza en tus platos de los próximos días. Se trata de un vegetal muy bajo en calorías y rico en agua: aporta apenas 40 calorías por cada 100 gramos de producto consumido y contiene un 90% de agua. Esto hace que, junto a la cantidad de potasio que contiene, ayude enormemente a evitar la retención de líquidos en el organismo.
Además, debido a su alto contenido en fibra, regula el transito intestinal, convirtiéndolo en un alimento saciante a la par que laxante (pero sin pasarse). Todo esto hace a la calabaza el compañero ideal para perder peso, por lo que se incluye en muchas dietas de adelgazamiento.
2. Rejuvenece la piel
Al igual que otras verduras de color anaranjado como la zanahoria, la calabaza es un buen aliado para conseguir una bonita piel. Su alto contenido en agentes antioxidantes ayuda a su rejuvenecimiento, dando más suavidad y mejorando su aspecto. Además, aumenta la elasticidad de la piel, previniendo la aparición no sólo de arrugas, sino también de estrías.
Su aplicación directa ayuda a la regeneración de la piel tras una quemadura y es, además, una buena solución para aliviar las molestias de las picaduras de insectos.
3. Contra muchas enfermedades
La calabaza contiene infinidad de vitaminas: B, D, C, E, K y A. Ésta última es un potente anticancerígeno. También regula el temido colesterol y la hipertensión, convirtiéndose de este modo en una ayuda incondicional para el sistema sanguíneo. Si fuera poco, se recomienda también la ingestión de esta hortaliza a todo aquel que tenga problemas de insomnio, anemia, artritis, angina de pecho o cistitis.
Si de momento no te ves convencido porque eres de los que se les conquista por el estómago, sigue leyendo, porque la calabaza es una de las hortalizas más versátiles que existen: combina a la perfección tanto con platos salados como dulces y es un perfecto acompañamiento o guarnición para carnes o pescados.
4. Cremas y purés
Aquí, la calabaza es la total protagonista, sin dejarse eclipsar por ningún otro alimento. El truco para que un puré o una crema queden buenos es no dejar que la calabaza se oscurezca a la hora de cocer. Se pueden tomar tanto en caliente como en frío, convirtiendo este plato en ideal durante todo el año.
Pero no hace falta cocer la calabaza sola, añadir un pelín de mantequilla (al dorar la calabaza justo antes de cocer), queso (el parmesano le sienta muy bien), nata para cocinar, o alguna otra verdura como patatas, harán que se potencie, si cabe, el buen sabor de la calabaza.
5. Para carne y para pescado
Y si la calabaza es buena anfitriona, como acompañamiento no es menos. Aquí, dos ideas: unas albóndigas de pollo bañadas en salsa de calabaza (la versión calabaza y puerro también está de rechupete) y un papillote de bacalao con dados de calabaza, que se cocinarán al horno a la vez: el pescado sobre una cama de calabaza, para que coja su sabor desde el primer momento que se toquen.
6. Postres
La calabaza, al igual que la zanahoria, es ideal también para hacer postres. Buenos ejemplos son el pan de calabaza (dulce y ligero), las tartas de calabaza (imprescindibles en Estados Unidos durante la noche de Halloween y cada vez más extendidas en Europa), buñuelos, tortitas, bizcocho (al que si además se le añaden unas perlitas de chocolate será del gusto de pequeños y mayores), flan, mermelada… y un largo y dulzón etcétera… que acaba en el dulce por excelencia: la calabaza es el ingrediente principal del cabello de ángel, ese riquísimo relleno que rima a la perfección con el hojaldre y que acompaña un cafelito tan bien como las pastas al té.
7. Pipas y semillas
Además de su carne, las semillas de calabaza también se comen, suponiendo un gran aporte de fibra, minerales y vitaminas. Estos aperitivos también ayudan a regular los niveles de colesterol en el organismo, potencian el rejuvenecimiento de la piel y controlan las funciones de la uretra y la vejiga. Las semillas de calabaza contienen además zinc, que ayuda al sistema inmune contra infecciones y fortalece la vista, y altas cantidades de triptófano, un aminoácido que ayuda a combatir y eliminar la depresión.
8. Bebidas
Y es que la calabaza también se puede beber. La leche de semillas de calabaza además de ser nutritiva por su alto contenido en fósforo y hierro, se recomienda para gente con problemas de próstata y las vías urinarias en general y ayuda a deshacerte de los parásitos intestinales, algunos tan duros de roer como la Tenia y la Solitaria.
9. Flores
Las flores de la calabaza son habituales en la cocina Italia como relleno de croquetas y de pasta fresca como los ravioli, del mismo modo que en México son un básico para tamales, quesadillas, tortitas y sopas. De hecho se dice que México es el país del mundo que más utiliza en su gastronomía estas flores como alimento.
Suelen ser entre blancas y amarillas y son ricas en calcio y fósforo, lo que las hace recomendables para los niños en edad de crecimiento y personas con osteoporosis. También tienen potasio, hierro, acido fólico y vitaminas A, B y C.
En España su uso es reducido, pero en zonas de Andalucía se consume la flor de calabaza frita durante las fiestas patronales de algunos pueblos de Granada: la flor, delicadamente, hay que freírla tras rebozarla en una masa de harina, huevo y leche.
10. Empanadas, focaccias y pizzas
Como relleno es también fundamental. Para darle un toque original a las empanadas, nada mejor que añadir calabaza cortada en dados (cocer unos minutos antes de meter dentro de la empanada, para que no quede dura). Igual ocurre con la focaccia, cuya masa lleva además azúcar (pero ya sabemos que la calabaza combina a la perfección con ambos sabores). Y para los más atrevidos (y los vegetarianos) otra buena idea es añadir calabaza como topping en las pizzas caseras.
Con todas estas ideas, ¿todavía sigues pensando en tirar las calabazas tras la noche de Halloween?
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