Si existe un alimento que en España asociamos a fiestas y celebraciones, es el cordero. Hemos tenido ejemplos muy recientes en las pasadas navidades cuando seguramente en muchos hogares se ha dado buena cuenta de una paletilla o pierna asada o de unas chuletillas de cordero.
Comemos cordero en fiestas, cumpleaños, aniversarios o cuando nos queremos dar un homenaje y lo tenemos tan asociado a este tipo de eventos que lo ignoramos el resto del año, provocando que caiga su consumo en un 40%, según datos de la Comisión de precios y mercados del ovino de la Unión Europea. Pero, si nos gusta tanto y lo asociamos a momentos felices ¿por qué no lo consumimos más a menudo? Las razones son varias, según Interovic.
Mitos falsos sobre la carne de cordero y lechal
Cordero es sinónimo de piezas grandes. Cuando acudimos a comprar cordero, por regla general, nos encontramos con piezas grandes: paletilla, costillar, pierna. No parece que tengamos la posibilidad de pedir unos filetes o una carne picada, así que optamos por otras carnes que si están disponibles en estos formatos más pequeños. En consecuencia el carnicero vende poco cordero y centra su venta en épocas de Navidad, Semana Santa o fines de semana.
El cordero es una carne poco saludable. También se tiene la idea de que es una carne poco saludable, que provoca digestiones pesadas y sube el colesterol, pero si tenemos en cuenta que es un alimento cuyo consumo acompañamos de aperitivos, entrantes, vinos, cavas, postres, y hasta café, copa y puro… no queda más que añadir, señor juez.
El cordero es caro. El precio es otro de los argumentos para no consumir cordero de forma más habitual. Esto en el fondo es una percepción errónea ya que si comparamos lo que cuesta el kilo de cordero con el kilo de ternera, por ejemplo, este último es mayor. Lo que ocurre es que, y volvemos a la primera razón, al no poder comprar piezas y cortes más pequeños, el precio es superior.
Estas razones han llevado a Interovic a lanzar una campaña bajo el título “Vuelve a disfrutar de la carne” para fomentar el consumo de la carne de cordero y lechal a través de nuevos cortes, hasta diez. La idea es sencilla: por un lado, formar a 15.000 carniceros de toda España en estos nuevos cortes, más pequeños y prácticos, para que los muestren en sus puntos de venta. Por otro lado, explicar a los consumidores cómo elaborar distintas recetas, sencillas y rápidas, donde la plancha es la gran protagonista. Porque con esta vida tan ajetreada que llevamos no estamos para asar un cordero durante horas, por muy rico que esté.
Pero existe una razón más, según Interovic, para fomentar el consumo de la carne de cordero y lechal, que tiene que ver con nuestro entorno. La producción de cordero y de productos derivados, como queso o lana, es clave para la sostenibilidad de zonas rurales. Por no hablar de la labor de las ovejas en bosques y campos, desbrozando y evitando incendios, o de la pérdida de razas autóctonas de estas si no son rentables en determinadas zonas.
Una carne para todos los días
Por lo tanto, a partir de ahora y gracias a esta campaña, el homenaje nos lo podemos dar bastante más a menudo, en forma de medallones, filete de pierna, churrasquitos, collares, brochetas, tournedó, churrasco, filete de carillón pincho moruno y hamburguesas. En la web Canal Cordero se pueden encontrar recetas y videorecetas para poder sacar el partido a estos nuevos cortes. A la plancha, empanados, a la brasa, fritos… las distintas opciones de elaboración tienen como principal característica ahorrar tiempo en la cocina.
Ya no hay excusas para extender el consumo de la carne de cordero y lechal a momentos más allá de celebraciones. Para disfrutar de un churrasco de cordero gratinado con salsa romescu o un carrillón al ajillo en cazuela con tomate natural en dados y hacer de cada día una fiesta.
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