Si para algo ha servido esta crisis que nos asola es para que los emprendedores agucen el ingenio a la hora de elegir nuevos modelos de negocio para un público cuyo bolsillo cada vez está más castigado.
Y de este modo lo entendió una familia de la localidad Navarra de Barañainde. Estos cinco hermanos, tres chicos y dos chicas, vieron como en un período relativamente corto de tiempo perdían sus puestos de trabajo. Fue entonces cuando, aprovechando sus conocimientos y su experiencia previa en el sector de hostelería, decidieron abrir hace tan solo un par de meses y junto a otros trece parados más, un restaurante al que han puesto el simbólico nombre de Common Good (bien común).
Hasta aquí, todo normal. Un restaurante nuevo que abre y que luchará por hacerse un hueco en el maltrecho escenario que nos brinda la crisis. Sin embargo, la principal característica de este restaurante es la calidad de su comida y el increíble precio de sus platos. Por un euro es posible comer desde carnes, pescados, sopas, fritos y verduras hasta pastelería y repostería artesanal siempre. Eso sí, la bebida se cobra a precio de mercado y es donde verdaderamente sus promotores rinden cierta ganancia.
Y es que en estos dos meses que lleva en funcionamiento, Common Good ha visto cómo sus cuatro comedores, con capacidad para cuatrocientas personas en total están prácticamente llenos. Los platos varían según el momento del día y pueden verse en unas pantallas a la entrada del establecimiento. Al hacer su pedido de bebida, el cliente tiene derecho a tres platos que le cuestan un euro cada uno (más 20 céntimos si se pide pan) se entrega al cliente un número junto a la bebida y los cubiertos, y es él mismo el que recoge los platos en un mostrador cuando están preparados.
COMIDA CASERA
¿La comida?, evidentemente casera, pero muy bien preparada y con raciones generosas, que en Navarra la gente está acostumbrada a comer en cantidad y calidad. La ensaladilla rusa la bordan. Los huevos rotos con jamón serrano no tienen nada que envidiar a otros huevos rotos de restaurantes que cobran 10 veces más por el plato; setas salteadas, patatas bravas, pinchos morunos, tostadas de jamón con ajo y aceite, solo son algunos de los platos que aparecen en una carta completa y bien equilibrada.
Javier Fernandino, uno de los socios del Common Good comenta que sí, que es cierto que por un euro «se pueden dar muchas cosas: dos huevos fritos con patatas y jamón, cinco croquetas caseras, legumbres, macarrones, paella, ensaladas, lomo, un cuarto de pollo con patatas, pizzas de ración o tres minihamburguesas. La idea de nuestro negocio es que, por ejemplo un matrimonio con dos hijos, «tengan la oportunidad de cenar o de comer los cuatro por doce o quince euros y con raciones suficientemente abundantes».
Además también existe la posibilidad de llevarse la comida a casa o al trabajo (los llamados menús Come and go): por 4,95 euros tienes derecho a dos platos, postre, bebida y pan. El hecho de estar situado al principio de un polígono industrial ayuda a que muchos trabajadores acudan a Common Good
¡Ah! la última: Si el restaurante tiene éxito, que parece que sí, los socios de esta cooperativa navarra están abiertos a compartir con todo el mundo su experiencia, «explicar los puntos en los que hemos podido cometer fallos, y apoyarles en todo lo que podamos para que ellos mismos puedan dar un servicio a la gente». Eso es ser generoso.
Fotos: Common Good
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