La Organización de Naciones Unidas estima que en 2050 seremos en el planeta más de 9.000 millones de personas. Quedan 35 años para que esto ocurra y se estima que se necesitaría producir un 70% más de comida para alimentar a toda la población. Y mientras, decenas de miles de personas siguen muriendo de hambre, y otros tantos miles de niños viven desnutridos. Llevamos tiempo estando frente a un problema en el que la alimentación y la protección del medio ambiente tienen la palabra.
Oceana, la organización internacional dedicada a la conservación de los espacios marinos, encuentra la solución en los océanos, capaces de alimentar a la población si conseguimos proteger y gestionar adecuadamente los ecosistemas marinos y de las especies que los habitan, ayudando así en esta compleja tarea de alimentar a toda la población.
Por ello, Oceana ha puesto en marcha la campaña ‘Salvar el océano, alimentar al mundo’, una iniciativa que cuenta con la participación de más de 20 chefs influyentes a nivel mundial que han querido ser portavoces del mensaje de que una pesca responsable es posible. Entre ellos, algunos de los chefs más destacados de nuestro país como Ferrán Adrià, Joan Roca, Andoni Luis Aduriz o Juan Mari y Elena Arzak. Todos ellos se reunieron para el lanzamiento de esta campaña en un evento de presentación celebrado en el Basque Culinary Centre.
Y es que la conservación marina es uno de los aspectos fundamentales para el crecimiento de un papel trascendental a la hora de aumentar la biodiversidad y la abundancia de los océanos, lo que produciría una mayor generación de pescado que permita proporcionar un alimento saludable y diario a mil millones de personas.
¿Las premisas? Desde el punto de vista legislador, Oceana recalca la necesidad de desarrollar políticas que pongan fin a la sobrepesca -a día de hoy la flota pesquera es un 250% mayor de lo necesario para el desarrollo de una pesca responsable-, al tiempo que se deben evitar las capturas accidentales, consiguiendo así una protección de los hábitats marinos. Para nosotros, consumidores, lo fundamental es adquirir pescado salvaje -el pescado salvaje requiere una mínima cantidad de agua dulce, emite poco dióxido de carbono, no emplea tierra agrícola y proporciona una proteína magra y saludable a un precio por kilo inferior al de la ternera, el pollo, el cordero o el cerd, indican desde Oceana-. Además debemos tener en cuenta que sea un pescado local -el ecológico no existe, nos advierten- y comer, sobre todo, marisco. Es decir, responsabilidad y compromiso social con el medio ambiente.
Así lo cuenta Andy Sharpless, director ejecutivo de Oceana en The Perfect Protein (La Proteína Perfecta), libro sobre el que se desarrolla esta campaña, y que incluye no sólo toda la información, premisas y consejos para poner en práctica esta idea revolucionaria de que a través de la pesca sostenible es posible conseguir esas altas cotas de alimentación que serán necesarias para el futuro más próximo, sino que además incluye un amplio recetario con las amplias formas de cocinar estos pescados y mariscos que adquirimos de manera responsable.
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