Situado en el mapa, al norte de Portugal, y abrazando el largo Duero que explota en las playas cercanas, Oporto es sinónimo de deliciosa gastronomía. Comamos y bebamos. Sus calles reflejan en azulejos que una ciudad puede guardarse todos los colores, y que si el sol sale para hacer brillar el puente de Don Luis I, la jornada por esta ciudad de sencilla decadencia puede convertirse en gastronomía de lujo. A precio más que asequible.
Imaginemos que bajamos de uno de los trenes de la Estación Sao Bento, antigua estación de ferrocarril que aún mantiene vivas sus vías, y donde la locura de regresos y partidas mantiene alerta todos los sentidos en su hermoso hall. Bien, comencemos a caminar, con destino la ribera del Duero. Primero callejuelas estrechas que guardan el encanto de antaño. Donde todos se conocen, donde todo se sabe. Las casas antiguas que coronan la ribera nos ofrecen una de sus fotografías más únicas, colores salteados, camisas y pantalones secándose al sol. Hora de comer. Decenas de restaurantes esperan abiertos, con terrazas para beber Duero y Oporto al unísono, y dejarte seducir por gastronomía portuguesa.
El plato estrella, sí, es el Bacalao. Tres recetas encontramos típicas de esta ciudad: El Bacalhau à Zé do Pipo es un plato donde el bacalao se gratina acompañado de mahonesa, mientras que el Bacalhau à João do Buraco se prepara acompañando este pescado con almejas y camarones. Finalmente, el Bacalhau à Gomes Sá se cocina con leche y de acompañamiento se preparan huevos cocidos, un plato ideado por José Luiz Gomes de Sá para el restaurante O Lisbonense. Si estas recetas te emocionan tanto que decides que en casa tú también puedes prepararlo, pásate por Casa Oriental, una tienda situada junto a la Torres de los Cléridos, donde venden uno de los mejores bacalaos de la ciudad. También en el Mercado do Bolhao (Mercado bolhao Loja 1) donde todas las mañanas ofrecen pescado, carne y fruta fresca.
Otra opción mítica de la gastronomía de esta bella ciudad son las sopas, un plato típico portugués que no desaparece en el norte y que sirve, sobre todo en los días frescos y lluviosos, como un entrante ideal. Sopas de todos los sabores y recetas imaginables. Y ahora que ya tenemos varias opciones para esta comida a orilla del Douro, seguimos rastreando y pedimos Francesinhas, un plato que sabe mejor de lo que aparenta cuando te dicen que es una especie de sandwich que mezcla filete, salchichas, y todos los embutidos imaginables…y mucho queso, todo bañado en una salsa rica, rica, con un toque picante. Y, por si fuera poco, en ocasiones la francesinha lleva huevo por encima. Un plato único, sí, de esas delicias que sacian y llenan.
¿Para beber? No se cuestiona. Botella de vino de Oporto, por favor. Y es que desde enfrente de esta hilera de terrazas, las bodegas que recorren el Duero en su otro margen, en la localidad de Vila Nova de Gaia, miran a los comensales para recordar que el vino, allí, lleva nombre de ciudad. Se trata de una de las zonas vinícolas más ricas, famosa por la calidad del vino de sus bodegas. Caracterizado por su aroma, en muchos casos, al Oporto se le añade brandy durante el proceso de fermentación, lo que le aporta ese sabor tan dulce. Ideal para este menú que preparamos a base de tradición portuguesa.
Para los postres, la repostería de Oporto es todo felicidad. Sobre todo si te acercas a la Confeitaria de Bolhao (Rua Formosa 339), un establecimiento de los de toda la vida donde los pasteles y dulces te miran desde vitrinas cuidadas, y respladecen como gritando que han sido hechos con tanto mimo que te dará hasta pensa comerte uno. Pasteles de Belém, unos pequeños dulces de nata, Bolos de Arroz, una especie de magdalena esponjosa, o las Princesinhas, pasteles en forma de huevo, pero también pequeños bocados salados como las Coixinhas o los Bolinhos de bacalhau.
Y hablando de dulces, tampoco olvidamos los desayunos, una comida esencial que en Oporto puedes degustar por precios muy económicos. La Rua das Galerias de Paris ofrece un establecimiento con el mismo nombre, Galeria de Paris, o Essencia Portuguesa, locales llenos de encanto donde poder pedir un buen café con leche, con un zumo natural y lo que allí llaman torradas, tostadas de toda la vida en un pan portugués acompañadas de miel o mermelada de compota. Una maravilla. Si te apetece salado, no dejes de pedir una rica tosta mista, jamón y queso fundido en un pan delicioso que, en ocasiones, acompañan con un poquito de orégano u otras especies que realza el sabor. Otro lugar para disfrutar de buenos desayunos es el Café Majestic, uno de los emblemas turísticos de Oporto, por la belleza del establecimiento, y donde merece la pena pegarse el capricho de un buen, aunque más caro, desayuno. En la Rua Miguel Bombarda se cuece espíritu hipster y la ilustración, el diseño y las galerías de arte van ganando peso. En esta calle entre los establecimientos más modernos, encontramos también locales cuidados donde desayunar o almorzar. Por ejemplo, Rota do Chà o Pimenta Rosa. ¡Bom apetite!
Al preparar este artículo se nos ha hecho la boca agua con:
Rota do Chá
Rua de Miguel Bombarda 457
4050 Porto
+351 22 013 6726
Rota do Chá
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