Erika Lust: «Las dos cosas necesarias para ser feliz son comer y follar»

Erika Lust (Estocolmo, 1977) dirige cine. Cine porno. Cine porno independiente. Cine porno independiente feminista. La retahíla de adjetivos puede impresionar de buenas a primeras, pero esta barcelonesa de adopción los integra con la sencillez de una pieza de diseño escandinavo.

Premiada en certámenes especializados, fundadora de su empresa y madre de dos niñas, Erika Lust cuenta que no podría vivir en un lugar del que no le gustara la gastronomía. Su último proyecto es XConfessions, una web donde los usuarios cuentan sus fantasías y confesiones sexuales. Cada mes, dos de estas fantasías se convierten en cortos eróticos.

(En pro de la objetividad periodística y para que conste en acta: la arriba firmante servidora de ustedes y autora de esta entrevista trabaja también para la productora de Erika Lust. Detrás de la cámara.)

Erika Lust

Llegaste a España en 2004. ¿Te sorprendió la comida?
En realidad, mi primer shock con la comida de fuera de Suecia fue cuando a los 16 fui a estudiar un año a Francia. ¡En Suecia, los niños comían un plato de carne con patatas, un poco de pan, y un vaso de leche, y allí había cosas como alcachofas con vinagreta de primero, estofado de conejo de segundo, plato de quesos y postres! ¡Incluso servían café y vino!

Luego estuve en Gran Bretaña y Estados Unidos y no me gustaron nada sus gastronomías. No me gustaría tener que comer a diario como lo hacen ellos, no podría vivir allí… Así que cuando llegué aquí, enseguida me adapté.

La verdad es que mi madre siempre comenta que de pequeña era estupenda y nunca ponía problemas para comer. De hecho, la tercera palabra que dije, después de “papá” y “mamá” fue “ust”, queso. Si por algo era problemática era porque cuando íbamos de restaurantes me negaba a que me sirvieran el menú infantil. ¡Me apetecían cosas sofisticadas, montaba rabietas porque quería un entrecot con salsa café de París y claro, mis padres, pensaban que no me lo iba a comer!

¿Echas de menos la gastronomía sueca?
Bueno, mi madre viene a visitarme cuatro veces al año y ¡deberías ver la maleta que trae! Queso, salmón, ingredientes para hacer pasteles y galletas… Es muy particular con los ingredientes. Por ejemplo, no le gustan las anchoas que se venden en España para preparar el Janssons frestelse, un plato típico de Navidad similar a un gratín de patatas. Trae un montón de latas de la marca ABBA. La verdad es que son distintas, porque en España el pescado se suele cocinar tocándolo poco, mientras que en Suecia lo marinamos o le ponemos salsas con nata y especias. No suelo ir a restaurantes suecos, porque tengo muy asociada la cocina de mi país a la familia, al hogar…

¿Cocinas para tus hijas?
Siempre me había gustado cocinar, pero al convertirte en madre cocinas cada día, te apetezca o no. Cenar un bol de cereales deja de ser una opción… Por suerte, lo tenemos bastante repartido con mi marido, porque también trabajamos juntos. Lo que creo que es muy importante es saber comprar. Al menos una vez a la semana voy al mercado de Santa Caterina, a buscar ingredientes frescos. Es un lujo tener mercados como los de Barcelona.

Erika Lust

¿Te gusta organizar cenas para los amigos?
Al principio de vivir aquí organizaba a menudo cenas en casa, y me ofendía un poco ver que a menudo nadie correspondía la invitación. Luego me di cuenta de que aquí la gente suele salir a cenar fuera con los amigos, antes que montar una cena en casa que es menos frecuente. Además, en Suecia sale muy caro comprar alcohol en los restaurantes, mientras que aquí una caña y una tapa es algo accesible. Y allí tampoco se vive tanto en la calle, por culpa del clima, mientras que existe una enorme tradición de hacer vida en casa. Nos encanta cocinar y comer en familia, hornear pasteles y galletas…

¿Entonces eres repostera?
¡Lo llevo en la sangre! Mi abuela, que murió hace muy poco, pertenecía a una generación en la que se consideraba de mala educación servirle menos de siete tipos distintos de galleta a una visita. Yo no las preparo tan a menudo, pero tengo un pan de plátano que le encanta a una de mis hijas. Y también hago un pastel de chocolate que triunfa en todas las fiestas. ¡El chocolate no me puede faltar nunca! [señala una tableta que tiene encima de la mesa]

La comida aparece en alguna de tus películas… ¿crees que gastronomía y sexo están relacionados?
Sí. ¡La comida es algo que despierta los sentidos, puede ser el afrodisíaco perfecto! A veces, en restaurantes, veo a gente que come desganada, que apenas toca con cara de pena una mísera ensalada y me pregunto si tendrán ese mismo carácter en la cama… Nosotros hemos usado más de una vez la comida como el eje de nuestras tramas. Acabamos de estrenar hace muy poco el corto “A weekend in the garden of eden”, inspirado por la confesión de alguien que se ligó a su gurú frutariano. Hay otros, y ¡aún vendrán más! Con mi amigo Paco Guzmán, que antes tenía el restaurante «La Santa», comentábamos que las dos cosas necesarias para ser feliz son comer y follar.

Erika Lust


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