En los últimos años, y más si hablamos de gastronomía, Oporto ha estado a la sombra de Lisboa. Pero es desde ahí, desde ese papel ligeramente secundario, desde donde ha empezado a fraguar un retorno que parece imparable. No hace mucho, uno de los más importantes periódicos británicos señalaba a la ciudad como uno de los destinos gastronómicos de un futuro inmediato y una visita a la capital del norte portugués, no hace demasiado tiempo, me confirmaba esa sensación.
Portugal está que arde, gastronómicamente hablando. El ranking de los mejores restaurantes del mundo de la revista Restaurant incluía este año, por primera vez, 2 restaurantes portugueses (eso es, de acuerdo con el número de habitantes del país, como si España contase con 10-12 restaurantes en la lista). Y hace ya un tiempo que Oporto es una de esas ciudades que suenan entre los aficionados a lo culinario. Así que apúntate a este recorrido por el Oporto gastronómico que te proponemos y anímate a conocer esta ciudad.
Tal vez lo mejor para conocer cómo se relaciona una ciudad con la alimentación sea visitar sus mercados. En pleno corazón de la ciudad el Mercado do Bolhao puede ser un buen lugar para empezar a explorar, si bien es cierto que hace un tiempo que no pasa por sus mejores años y pide a gritos una reforma. Mientras esta llega, y esperando que no le quite la indudable personalidad que aún conserva, vale la pena pasearse por entre sus puestos y asomarse a los productos de esa cocina portuguesa del norte.
Justo al lado, en la Rua Formosa perviven algunos de los locales con más encanto de la ciudad. En la Confeitaría do Bolhao, justo enfrente de la puerta del mercado, puedes tener tu primer contacto con la repostería local, basada en cremas pasteleras, almendras y huevos. Algo más arriba A Pérola do Bolhao tiene una portada Art Nouveau tras la que puedes curiosear entre docenas de embutidos, conservas y especialidades locales no siempre fáciles de encontrar en supermercados al uso.
Al otro lado del mercado, en la Rua Fernandes Tomás, está la Casa dos Pastéis de Chaves, una especie de empanadilla de carne que tiene bastante que ver con los pasteles murcianos y que es un tentempié muy popular por todo el norte del país. Sin embargo, si prefieres irte a zonas más turísticas, puedes subir unos metros hasta la Rua de Santa Catarina, una de las arterias comerciales de la ciudad, donde también encontrarás un par de buenas opciones gastronómicas.
La primera de ellas, sin duda, es el Café Majestic, uno de los cafés más bonitos de Europa. Los precios son altos y el ambiente seguramente sea un poco turístico, pero son los pequeños peajes que hay que pagar por disfrutar de un auténtico monumento a la cafetería histórica. Si prefieres algo más popular encontrarás, en este mismo tramo de calle algunas pastelerías muy populares.
Ya que nos movemos por esta zona, la mejor opción para una auténtica comida tradicional portugesa de calidad, con precios razonables, es O Escondidinho, un clásico de la ciudad que lleva décadas sirviendo algunos de los mejores pescados de este tramo de la costa. Pero si tu presupuesto es más ajustado puedes buscar, algo más arriba, algunas de las cafeterías especializadas en platos de Tras-Os-Montes: Casa Ribeiro, Café Santiago, O Tripeiro… Una Alheira (una salchicha de carne de pollo) con huevo y arroz es una opción muy habitual que no se irá más allá de los 5€. Y para el postre anímate, aunque el aspecto exterior del local no invite, a entrar en A Casa das Tortas, un viejo bar regentado por una familia transmontana que sirve un estupendo café y muy buena repostería regional a precios de otra época.
Pero, aunque te recomiendo que bucees en esos dulces locales, en las alheiras, en las tripas á moda do Porto (los callos al estilo de la ciudad), las sardinas en temporada y las francesinhas, ese sándwich que es una oda a la contundencia y que preparan como en pocos sitios en el Cufra, en la Avenida de Boavista, no dejes de prestarle atención a la nueva cocina de la ciudad, porque en ella están pasando cosas muy interesantes.
Pedro Lemos (Padre Luís Cabral, 974) acaba de ganar este año su primera estrella Michelin y es un buen ejemplo de la nueva cocina portuense, basada en el producto del mar. En esta misma zona de la Foz, la desembocadura del Duero (que aquí se conoce como Douro) hay algunos otros restaurantes que te harán querer seguir curioseando en esta alta cocina del norte. Por destacar sólo uno quédate con el DOP (Largo de Sao Domingos, 18), del cocinero Rui Paula.
Aunque seguramente la estrella de la alta cocina en la ciudad sea, actualmente, un restaurante que mira a Porto desde las colina de Gaia, al otro lado del río. Así que aprovecha esa escapada que todo visitante a la ciudad tiene que hacer para conocer las bodegas de vinos de Oporto, que se asientan en esa otra orilla, para reservar mesa en The Yeatman (Rua do Choupelo, 88) y disfrutar de uno de los mejores restaurantes del país.
Tras todo esto todavía podrías seguir visitando las manteigarías, pastelerías tradicionales que abundan en todos los barrios, o las zonas más de moda como la de la Rua Miguel Bombarda. Oporto es un destino del que aún no se ha hablado mucho en términos gastronómicos, pero creo que estos pocos párrafos dan una buena idea de todo lo que tiene que ofrecer gastronómicamente hablando y de que el ambiente está en un momento de ebullición que sólo hace presagiar cosas interesantes para el futuro.
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