En España hubo un tiempo no muy lejano en el que si querías probar auténtica cocina mexicana lo tenías bastante complicado. En las grandes ciudades podía haber alguna que otra taquería, tal vez un pequeño restaurante de barrio sin demasiado encanto, pero el grueso de la oferta se reducía a franquicias tex-mex cuya oferta gastronómica sería reconocida por pocos mexicanos como propia.
Por suerte, desde hace un par de años estamos viviendo una revolución que ha ido instalando poco a poco algunos restaurantes mexicanos auténticos en diferentes ciudades. Seguramente el pionero fue PuntoMX, en Madrid, al que en los últimos meses se han ido uniendo otros nombres: Mezcal Lab, de los mismos propietarios y también en Madrid, Hoja Santa y Niño Viejo, inaugurados por Albert Adrià en Barcelona y, más recientemente Oaxaca.
Lo especial de Oaxaca dentro de esta ola de tendencia mexicana es quién está detrás. Su cabeza visible es Joan Bagur, un catalán que durante años fue la mano derecha de Titita Ramírez, la matriarca de la cocina mexicana tradicional, en su restaurante El Bajío y que ahora, aunque mantiene una cadena de pastelerías al otro lado del Atlántico, vuelve a Barcelona para trasladar a la ciudad lo aprendido en todos estos años
El resultado es un espacio imponente, en pleno Pla de Palau, dividido en restaurante y mezcalería. Y mi recomendación, si te apetece seguirla, es que empieces por esta última, te empapes de cultura del mezcal, bebida destilada del ágave, te tomes un par mezcales dejándote guiar y recuerdes que, como dice Titita: el mezcal no te emborracha, te pone mágico.
Puede que por el pasillo decorado con máscaras dudes si has tomado una copa de más, pero la calma vuelve en cuanto llegas al espacio de restaurante. Aquí lo que vas a encontrar es cocina tradicional mexicana, auténtica, sin concesiones, sin reinterpretaciones en clave contemporánea. Eso sí, buena parte de los ingredientes llegan frescos desde el país azteca, así que aquí está parte de la fórmula del éxito: hoja santa, sal de gusano, hoja de aguacate, jícamas son algunos de esos puntos aromáticos intrigantes para quien no esté acostumbrado a esta cocina y que te irás encontrando en el menú.
Seguramente lo mejor es comenzar poco a poco, picando unos gusanos tostados, unos chapulines, un chicharrón (una gran corteza de cerdo frita que se va cortando con la mano) y una selección de salsas elaboradas al momento. El guacamole se prepara junto a la mesa en un gran molcajete de piedra volcánica. Todo esto, acompañado de una cerveza bien fría te predispone para todo lo que irá llegando a continuación.
El cebiche, a la mexicana: con aguacate y jícama, puede ser la siguiente opción. Aunque tal vez te apetezca adentrarte en toda esa serie de propuestas del menú servidas sobre diferentes tipos de tortillas de maíz y que te llevarán por un recorrido de sabores dominado por la presencia de chiles, cada uno con un matiz diferente, cilantro y cocciones lentas. El atún rojo al chipotle, por ejemplo, hará que empieces a deshacerte de ideas preconcebidas y que te dejes llevar por un recorrido de sabores inesperados.
Quesadillas de huitlacoche (un hongo parásito del maíz), carnitas michoacanas, cochinita pibil. O tal vez un rape en mole verde con huanzotle. O un Tikin Xik, un plato de origen maya a base de pescado seco y un adobo de achiote y naranja amarga. Y aunque sea algo que no siempre hemos asociado con los restaurantes mexicanos por aquí, deja sitio para el postre. El tepache, un fermentado que elaboran en el restaurante reposando piñas frescas en mezcal por más de 20 días merece la espera. Y el chocolate que se sirve al final, espolvoreado con sal, azúcar y chiles, te dejará con ganas de más.
Barcelona, como Madrid, es ya una de esas ciudades en las que es fácil hacer un recorrido gastronómico auténtico por diferentes partes del mundo. Contaba ya con algunos de los mejores restaurantes japoneses de Europa, con fantásticos locales dedicados a la cocina china, a la del sudeste asiático o a la de diferentes regiones europeas. Con este Oaxaca rellena un hueco que había en su oferta y propone la que es, seguramente, una de las más sólidas cocinas mexicanas en Europa.
Oaxaca es el autentico y el mejor restaurante Mexicano en Europa!