Tal y como están las temperaturas de estos últimos días, hay que ser un gran amante de nuevas experiencias para subir más allá de Navacerrada, hasta Valsaín, un lugar de menos de 200 habitantes donde, en invierno, sólo los amantes de la montaña permanecen más de tres días seguidos.
Mareados tras un serpenteante trayecto por la sierra madrileña llegamos a La Granja, precioso lugar éste y del que habría mucho que contar, y no sólo sobre los socorridos judiones. Pero eso, es otra historia. La que nos toca es hablar de Tío Pepe, un personalísimo restaurante en Valsaín -no confundir con las bodegas ni con el cartel de la Puerta Del Sol- donde comer es mucho más que llenar el estómago hasta el siguiente almuerzo.
Allí nos recibe Pablo, un tipo peculiar cuyo restaurante es una prolongación de él mismo. La cosa prometía y enseguida, entramos en materia. La historia del lugar comienza cuando a nuestro amigo le surge la oportunidad de quedarse con el establecimiento en donde trabajaba. Sin pensárselo dos veces, y con ese punto de audacia del que pueden presumir algunas personas, acepta el reto. Consciente de la que se le venía encima, Pablo se dedicó a recorrer todos los restaurantes de la zona, a comer en ellos y a preguntar que era lo que tenía mejor aceptación entre los visitantes de aquellas montañas. Después de una suculenta ruta, llegó a la conclusión de que no perdería el tiempo cocinando cochinillos, huevos rotos con jamón o chuletillas de cabrito, siempre habría alguien mejor que él y con una buena clientela fidelizada año tras año. Así que sin dudarlo, se puso a cocinar lo que nadie hacía en la zona y que a él tanto le gustaba, esto era y es, la comida argentina. Después de todo, Pablo es porteño y hace gala de ello.
Dá gusto comer en Tío Pepe, te sientes como en casa. Un refugio acogedor, en la parte noroeste de la fría sierra de Guadarrama, con un maravilloso olor a leña y comida donde el vino acompaña cualquier cosa que haya en el plato. Pablo dejará que le ayudes a cocinar o a preguntarle el secreto de su salsa, te lo explicará con pasión y nunca te pondrá más de lo que crea que puedes engullir.
Aparte de los postres, no aptos para preocupados por la línea, podrás probar los espaguetis y raviolis con todo tipo de rellenos (por supuesto la pasta se hace allí mismo), carnes de corte argentino con auténtico chimichurri casero y, por último, las famosas y reconocidas empanadillas, verdadero plato fuerte del establecimiento y que, por sí solas ya merecen la visita. De hecho, ya hablaremos de ellas en profundidad. Hay más de 50 tipos, imaginaos lo que puede ser.
Tanto si subes a esquiar como si no, si te gusta la montaña o prefieres la playa,… dá igual, Tío Pepe es un lugar en el que la visita bien merece el viaje e incluso, el mareo de las curvas.
Ahora a disfrutar!
Restaurante Tío PepePlaza de Valsaín, 12. 40109 San Ildefonso
921 47 24 02 https://www.facebook.com/tiopepevalsain
Fotos: Daniel Sánchez Alonso
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