Lugares que no te puedes perder
En Nueva York el número de bares, restaurantes, mercados, pubs…. es infinito. No creo que exista ni un residente en la ciudad que haya sido capaz de conocerlos todos. La diversidad es absoluta y cambiante, y a más de una persona le he oído decir “lo que no puedas encontrar en Nueva York, es que no existe”.
Ya repasamos en un post anterior los mejores lugares para comer y beber en varias zonas de Manhattan Esta vez nos moveremos por Chinatown y Soho y llegamos hasta Brooklyn.
CHINA TOWN
En muchas ciudades existe un barrio chino, y siempre creerás estar en el más auténtico de todos… hasta que descubres el de la siguiente ciudad que visitas. El de Nueva York es quizás uno de los más especiales (o el que mejor fama se ha ganado) y recorriendo sus calles te sentirás como si estuvieses en China, por las miles de tiendas de souvenirs, por las mujeres que te ofrecen bolsos, relojes y perfumes a buenos precios (falsificaciones, obviamente) o simplemente porque la inmensa mayoría de la gente con la que te cruces tiene los ojos rasgados.
El China Town de Nueva York es también, y cómo no, sinónimos de comida. Desde los mercados que se construyen en cada trocito de acera, con miles de tipos de frutas entre las que destaca sobre todo el Jack fruit, hasta las tiendas de comida deshidratada donde absolutamente todos los productos están empaquetados y las etiquetas están escritas en chino (por lo que sales de la tienda sin tener ni idea de lo que has visto), pasando por las tiendas de pescado y marisco fresco a pie de calle, donde hay tramos en los que puedes encontrar hasta tres o cuatro seguidas.
Si quieres entrar en un restaurante a sentirte un poco más en China, yo me dejé llevar hasta Oriental Garden, cocina cantonesa cuya especialidad son los dim sum. Se trata de pequeños bocaditos de masa al vapor rellenos de diferentes ingredientes como pueden ser pollo, cerdo, ternera, gambas o verduras. En chino cantonés tiene varios significados, entre ellos “pequeño corazón”, y no porque se parezcan al órgano vital, sino más bien porque, en un significado completo, los chinos cantoneses decían que los dim sum debían pedirse “hasta satisfacer el corazón”.
En China se suelen comer a media mañana o pronto en la tarde, y siempre van acompañados de té, casi tan importante como el dim sum en sí mismo, porque ayuda a la digestión.
Pero en este lugar, además de dim sum se pueden comer otros platos, como el mítico rollito de primavera, patas de gallina marinadas, costillas al vapor, arroz frito con verduras, pollo o marisco, sopas, o callos de ternera. Además, se pueden elegir pescados o mariscos de los acuarios que rodean las mesas, que pesarán en tu presencia antes de cocinarlo.
Advertencia: éste es un restaurante no apto para escrupulosos, porque aunque los sabores son bastante básicos, con lo que más se experimenta y lo que sorprende (a veces gratamente, a veces no tanto…) son las texturas.
Y un detalle divertido: cada vez que pides un plato nuevo, el camarero pone un sello con una carita sonriente en tu cuenta según el tamaño del plato que hayas pedido (pequeño, mediano o grande).
SOHO
Una de las zonas más bohemias de New York, situado en el sur de Manhattan. Se hizo conocido como un barrio de artistas en las décadas de los 60 y 70 y aun hoy en día no ha perdido su encanto pintoresco.
En este barrio destaco un gran descubrimiento: Rice to Riches. Si te encanta el arroz con leche de tu abuela, tienes que venir a este lugar. Pero olvídate del sabor sólo a azúcar y canela, porque eso se quedó hace mucho tiempo atrás. Aquí tienes arroz con leche (o puding de arroz, como ellos lo llaman) de sabores como chocolate, caramelo, vainilla o cheesecake. Si eres más cañero puedes probar los que saben a mascaspone, tiramisú, butterscotch y oreo. También los hay de sabor a frutas como el coco, el plátano o frambuesa, y puedes encontrar hasta de calabaza o almendras. A mi me sedujeron nombres tan sugerentes como “old fashion romance” , “Sex drugs and rocky road” o “Play it again butter pecan”.
En realidad tiene la apariencia más bien una heladería, y quien ha entrado aquí una vez dice no poder evitar repetir. Así que este puede ser tu lugar si estás por Soho y quieres ir directamente a los postres.
Y para acabar el día y empezar la noche, me quedo sin duda con The Red Lion. A pesar de que casi todos los bares de la ciudad tienen Happy Hours y ofertas especiales, los precios suelen ser altos en Nueva York. Aquí, una cerveza (eso sí, de lata) cuesta “tan sólo” 3 dólares. Opción muy válida para bolsillos pequeños, pero para bolsillos grandes también: cuentan con una amplia selección de cervezas y todo tipo de bebidas.
Lo mejor de este local: siempre tiene música en directo. Varios grupos pasan por el escenario a lo largo de la noche durante los 7 días de la semana. Música para todos los gustos: country, cantautores, jazz… Grupos de gran calidad que tocan canciones propias pero también canciones que todo el mundo se sabe, incluso aunque tu idioma materno no sea el inglés. Todo envuelto en las luces rojas características del lugar, un guiño a su nombre.
BROOKLYN
Brooklyn es la zona de moda para vivir en Nueva York. Es una de las islas que está frente Manhattan y a la que se llega a través de los puentes Brooklyn, Manhattan o Williamsburg. Quien vive ahí dice hacerlo por los precios inalcanzables que tienen las viviendas en Manhattan, aunque la zona de la calle Bedford es también para quien tiene un sueldo más que digno. Es la cuna del modernismo hipsteriano neoyorkino, lleno de bares y restaurantes, tiendas de todo tipo, librerías…
Y entre todo esto aparece Bedford Cheese Shop, una tienda donde sólo se venden quesos. Al abrir la puerta entras como en otra dimensión. Si eres amante de los quesos querrás seguir hacia delante. Si no te gustan tanto, más de uno no se habrá atrevido a cruzar el umbral de la puerta debido al olor. Yo soy de las que estaba deseando entrar.
Quesos, quesos, quesos por todas partes: en la vidriera, en las mesas, en las estanterías, a la vista, en los armarios, detrás de los dependientes… El paraíso, vamos. En total tienen un catálogo de unos 650 quesos, “aunque en tienda tenemos los que más se venden, unos 250”, cuenta una de sus dependientas. El lugar lleva 13 años abierto y se pueden encontrar en él quesos de al menos 16 nacionalidades diferentes.
Lo mejor es que los trabajadores son amantes del queso también y asesoran a los clientes sobre qué queso es mejor para cada ocasión, cómo mantenerlo en buen estado y con qué combinarlo: frutas, frutos secos o vinos. Además varias veces al mes organizan talleres en los que aprender la historia de cada queso, para llenar no sólo el estómago, sino también el conocimiento. Un auténtico placer y un lugar de parada obligatoria para los amantes de este pequeño tesoro lácteo. También tienen tienda en Manhattan.
Lo guay de la ciudad de Nueva York es que puedes encontrar grandes lugares en los que comer cuando menos te lo esperas. ¿Irías a tomarte un café y una tarta a una biblioteca? Pues deberías, porque paseando por Brooklyn nos enteramos de que los mejores pasteles (pie) de la ciudad se encuentran en la pequeña cafetería de la Biblioteca Pública de Brooklyn.
Un lugar que pasaría totalmente desapercibido si no hay alguien local que te lleva allí. No esperes encontrar grandes lujos: un vaso de cartón para tu café y una cuchara de plástico para comer el pastel, pero cuando el producto es bueno, ¿qué más se necesita?
De chocolate, de manzana con caramelo y sal, de calabaza… Si pruebas uno, ¡querrás probarlos todas! Si los compartes, apaciguarás tu conciencia, pero te sabrán a poco. Y lo mejor es que son tan suaves que no te dejan la sensación de empacho o pesadez.
Y si tras haber desayunado estas delicias vas en busca de comida barata pero estas harto de pizzas de queso o perritos calientes, prueba la comida de Surinam. Poco se oye hablar de las opciones gastronómicas de este país, y con esto se demuestra lo cierto que es que en Nueva York se puede encontrar de todo.
Surinam es un pequeño país del Sudamérica situado entre Guyana, Guyana francesa y Brasil. Bañado por el Atlántico, hasta 1970 fue colonia de los holandeses, que trajeron trabajadores para sus plantaciones desde Indonesia e India. Toda esta influencia hace que su comida tenga aromas caribeños, europeos y asiáticos a la vez. De hecho, lo primero que pensarás es que estás comiendo comida india debido el sabor de las especias y a la presentación: carne en salsa con arroz, pan roti con legumbres, pequeñas raciones de verduras para tomar con pan, etc.
Lo que más éxito tiene, el “doble”: una gran masa de pan fino que parece un burrito, que se rellena con todo lo que puedas imaginar. Carne, legumbres, verduras, arroz… una bola con forma cuadrada que sólo los grandes estómagos pueden comer en solitario.
Para quien prefiera algo más ligero, puede comer cualquiera de los guisos que se ofrezcan (carne, pollo, pescado, marisco, verduras) con arroz (blanco o frito con verduras) o probar el roti, dos rebanadas de pan frito al estilo del pan indio llamado puri con garbanzos, ¡más ligero que el doble, desde luego!
Entre tanta variedad es imposible hacer la lista definitiva, pero aquí van algunas sugerencias de lugares que, como foodie, merecen la pena visitar en la Gran Manzana.
Y aquí acaba nuestro repaso. Entre tanto lugar en el que comer y beber en Nueva York, es casi imposible hacer la lista definitiva, pero aquí va alguna sugerencia: un intento de sintetizar algunos lugares que no salen en las guías de Nueva York, la ciudad que nunca duerme, a lo que personalmente también añadiría, la ciudad que nunca deja de comer.
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