La Tahúlla, cultivando ecológico a orillas del Ebro
¿Qué es una tahúlla? ¿Alguien lo sabe? Nosotros sí… “Se trata de una unidad de medida agraria que data del año 714 y corresponde a 1.185 m2 de terreno en regadío. Se dice que es la superficie de cultivo que necesitaba una familia para alimentarse durante un año”.
Quien nos cuenta esto es José Ángel Abad, un ingeniero nacido en Grávalos, un pequeño pueblo de La Rioja, que un buen día decidió dar carpetazo a su vida urbanita y a su profesión para regresar al campo, a la actividad a la que su familia se había dedicado toda la vida.
En 2014 se mudó con su familia a Alfaro y, junto a Enrique Pérez, montó La Tahúlla Bio, una pequeña empresa de cuatro trabajadores dedicada a la producción y distribución de producto ecológico certificado.
“Decidimos poner este nombre a la empresa para identificarnos, potenciar y representar a los pequeños agricultores de pueblo, huyendo de los grandes latifundios y tratando de mejorar los suelos y la biodiversidad -explica José Ángel-. Nuestras tierras de producción se encuentran en el Valle del Río Ebro, en torno a la localidad de Alfaro, entre Calahorra (La Rioja) y Tudela (Navarra), una de las mejores zonas de España para la producción».
Apostando por ecológico
Los principios no fueron fáciles, ya que se necesitan tres años para pasar de la agricultura convencional a la ecológica y durante los primeros años los productos crecían como ecológicos sin poderse certificar como tales, por lo que tenían que venderse al precio de producto convencional. Pero el esfuerzo de José y su socio dio sus frutos, consiguiendo ‘reclutar’ entre 20 y 30 agricultores de la zona dispuestos a producir en ecológico y a vender sus productos a través de la pequeña distribuidora de La Tahúlla.
La razón de ser de estos emprendedores desde el principio fue muy clara: Hacer llegar alimentos saludables a la mayor cantidad de gente posible, recuperando variedades y sabores de antes, y «tratar de incrementar el número de agricultores que apliquen sus conocimientos a este tipo de agricultura, incrementando el área de terrenos dedicados a estos cultivos».“Realizamos una programación conjunta de los cultivos y nos comprometemos a comercializar la totalidad de los mismos -explica Abad-; esta programación entendemos que es vital para el proyecto, ya que con ella se consigue que estos agricultores pierdan el miedo a dar este paso y se dediquen a producir maravillosas frutas y hortalizas con la tranquilidad de que ya están vendidas”.
Hectáreas de salud
Las verduras frescas se recolectan en función de las necesidades de los pedidos. Es decir, no se genera stock. Se guardan en la cámara refrigerada hasta el momento del montaje de la comanda que, generalmente, se lleva a cabo el mismo día.
A día de hoy La Tahúlla reúne 14 hectáreas de cultivos de exterior donde se cultiva brócoli, alcachofa, espárrago verde y blanco, calabacín, pepino, puerro, pimientos, remolacha, coles rizadas, coliflores, acelga, cebollas y cebolletas, calabazas, fresas, manzanas, peras, albaricoque, melocotón, cereza, almendras etc.
Por otra parte, disponen de 6 hectáreas de cultivo de invernadero, donde crecen lechugas de diferentes variedades, acelgas blancas, acelga roja, apio, borraja, calabacín y pepino, escarolas, espinacas, guisantes, tomates, etc.
Destacan sus estupendas manzanas royal gala, cuya variedad es antigua, de piel fina y sabor muy intenso, y las fresas, un producto recuperado, de tamaño irregular pero sabor extraordinario. Tanto es así que este producto se puede encontrar en la huerta de Venta Moncalvillo, el restaurante Estrella Michelin que los hermanos Echapresto regentan en el pequeño pueblo de Daroca de Rioja.
“Queremos que frutas y verduras tengan sabor y que, cuando alguien pruebe un producto de La Tahúlla, recupere sabores de antes”. ¡Que así sea!
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