Si hay una ciudad que ahora mismo está que arde en Galicia en términos gastronómicos esa es, sin duda, A Coruña. El traslado del Forum Gastronómico a la ciudad el año pasado unido a una nueva oleada de locales de todas las gamas y estilos parecen haberle dado alas a una ciudad que en este momento vale realmente la pena visitar si eres aficionado a la cocina. Dos restaurantes con estrella Michelin en el casco urbano y otro en la periferia, un par de templos del producto de esos que hacen que la gente se desplace desde cientos de kilómetros de distancia, restaurantes de precio medio y propuesta interesante y, por supuesto, tapas dan forma a una propuesta variada y atractiva como pocas.
Pero cuando hablamos de tapas aquí hay que hacer una salvedad. No vengas a Coruña (o a otras ciudades gallegas) buscando tapas al estilo andaluz, esos platitos por debajo de 3-4€, ni pintxos al estilo vasco. Aquí, por lo general, salir de tapas quiere decir salir de raciones, a compartir platillos algo más grandes entre varios. Es cierto que puedes encontrar de todo, desde la tapa de cortesía a pintxos al estilo de San Sebastián, cazuelitas, pulgas o propuestas en miniatura. Y es verdad también que en los últimos tiempos la tapa contemporánea ha ido borrando fronteras y que tanto te puedes encontrar algo de comer en dos bocados como platos de los que disfrutar entre varios.
Lo mejor de A Coruña, ahora mismo, es precisamente esa diversidad: puedes pasar de un platito de minchas (o caramuxos: bígaros que hay que sacar de la concha con un alfiler) a un tartar de vaca vieja, de unas zamburiñas a la sartén a un taco mexicano. Y, además, puedes hacerlo en varias zonas de la ciudad. Si tradicionalmente el ambiente de tapas y vinos se había concentrado en la zona de La Franja / Calle Galera, ahora encontrarás cosas también en calles cercanas como La Estrella o Rego de Auga, pero hay nuevos núcleos calientes, como el que se extiende por la zona de Plaza de Galicia / Avenida de Arteixo y clásicos que aparecen distribuidos, aquí y allá, por los diferentes barrios de la ciudad. Así que lo mejor es que te lo tomes con calma y, estés en la zona que estés, disfrutes del ambiente tapero de una ciudad que pasa por un momento de oro.
Empezando, por ejemplo, por esa zona que está entre las plazas de Lugo y de Galicia, alrededor de la calle Juan Flórez y de la Avenida de Arteixo hay un buen puñado de opciones entre las que elegir, ya que esta parte de la ciudad es de las que más propuestas interesantes han visto aparecer en los últimos tiempos. Si hubiera que destacar solamente un local en esta parte de la ciudad, seguramente sería A Culuca (Avenida de Arteixo, 10), uno de esos sitios que se han ido haciendo un nombre a pesar de estar en una calle que, cuando abrieron, no eran de las mejores para este tipo de negocios.
Aun así Chisco y su equipo lograron ser uno de esos secretos a voces, uno de esos locales en los que otros cocineros se reúnen cuando tienen ocasión y, hoy por hoy, son una referencia en tapeo puesto al día. Anímate con cualquiera de sus propuestas, como los canelones de jarrete estofado o la lacón burger, aunque su tomate asado sobre crema de queso de Arzúa es ya todo un clásico.
En esta misma zona tal vez la lengua estofada de Alpunto (Emilia Pardo Bazán, 14) sea una buena propuesta para continuar, aunque podríamos continuar también por el Oveja Negra Baar, en el número de 17 de la misma calle, antes de alejarnos un poco del centro, en dirección a Cuatro Caminos, para visitar uno de esos clásicos entre los clásicos de la ciudad: la Cervecería Estrella Galicia (Concepción Arenal, 10), uno de esos sitios que siempre están animados y en los que se pueden probar, además de las cervezas de la marca, clásicos de toda la vida, de esos que no fallan, como los buñuelos de bacalao, la tortilla al estilo de Betanzos o las croquetas de zorza y queso de Arzúa.
De vuelta hacia el centro histórico, tal vez lo mejor sea parar en la calle Estrela, donde A Mundiña (Rúa da Estrela, 10) se ha convertido en la referencia gracias a sus pescados y mariscos siempre recién llegados desde las lonjas de la Costa da Morte. De ahí a la zona de La Franja hay un paso y, ya que estamos por estas calles, aquí hay que probar clásicos como La Bombilla (C/ Torreiro, 6) o, si preferimos algo más actual, animarse con Cavita Galera (C/ Galera, 13), donde el revuelto de chicharrones y queso de Arzúa es el rey.
Pero si de algún sitio se ha hablado en los últimos meses en esta zona es del Boca Negra (Rego de Auga, 35) , el local desde cuya cocina Pablo Pizarro ofrece sin complejos clásicos revisados como su fantástico bocadillo de calamares en pan de cristal y propuestas más actuales que van del tartar picante de atún rojo al Carpaccio de vaca gallega madurada con kimchi y Grana Padano.
Y para acabar, qué mejor que un clásico con todas las letras, el pulpo á feira de A Pulpeira de Melide (Praza de España, 16), uno de los mejores de la ciudad y me atrevería a decir que de toda Galicia. Aunque de esta cocina no sólo sale pulpo y vale la pena estar atento a las propuestas diarias, casi siempre basadas en producto del mar: almejas en su jugo, ostras al natural o rebozadas, berberechos al vapor… tú decides dónde poner el límite aunque, créeme, una vez que empiezas es difícil parar.
Podríamos continuar con nombres y zonas a lo largo de toda la ciudad, pero los mencionados son algunos de los más interesantes y motivo más que suficiente como para plantearse una ruta de tapeo por la ciudad que demuestre el gran momento de forma que vive la cocina coruñesa, también en su vertiente más informal.
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