Con Raíz es un proyecto de agricultura ecológica que tiene su base en la histórica cuenca minera asturiana. “Para mí no debería existir otra agricultura que la ecológica”, sentencia Lorena Veiga, la gerente de la empresa Con Raíz. Situados en el concejo de Langreo, desde su privilegiado puesto de trabajo al aire libre tiene unas vistas espectaculares de todo el valle. Sus productos, 100% naturales, se venden en el mercado de La Felguera los sábados y además, una vez a la semana distribuyen su cestina de productos por diversos municipios del centro de Asturias.
Ella y David Puertas, ambos ingenieros agrónomos, se lanzaron con este proyecto hace más de dos años. Cansada de sufrir situaciones laborales inciertas y abusivas, Lorena se propuso darle un cambio a su vida. Las opciones eran irse al extranjero, o montar algo por su cuenta. La llamada de la tierra y la prudencia ante lo desconocido la ayudaron a tomar la decisión: una huerta donde cultivar alimentos ecológicos 100% naturales.
Los comienzos nunca son fáciles y a pesar de que los amigos y la familia ayudaron mucho con los primeros pasos, las dificultades no se hicieron esperar. Al poco de haber instalado el invernadero el viento se lo llevó por delante. Sin embargo, están recogiendo ya los frutos de su esfuerzo ya que su lista de clientes crece y los alimentos cultivados también.
Hace unas semanas comenzó el periodo más agitado para los chicos de Con Raíz. La primavera trae consigo toneladas de trabajo. “Mañana me dolerán partes del cuerpo que yo no sabía ni que existían”, afirma Lorena. El trabajo en el campo es muy duro físicamente, pero a ella le compensa. “La libertad que te da trabajar al aire libre, cultivar tus propios alimentos… yo no cambio esto por una oficina mientras pueda”.
De entre todo lo que cultivan, que no es poco, desde los típicos pimientos, cebollas, zanahorias, lechugas, o las ubicuas (en Asturias) berzas y nabizas, pasando por las fabes, alcachofas, o calabacines, además de hierbas como la albahaca, el eneldo, el orégano y patatas, lo que más destaca Lorena son los tomates. “La gente lo valora mucho, siempre me decían que si no le echaba ningún pesticida no me iba a salir nada y cuando los ven se quedan asustados”. A Lorena se le ilumina la mirada cuando habla de sus tomates. Dentro del invernadero, cerca del sitio donde estos días están plantando los tomates, Lorena me enseña orgullosa una de las primeras alcachofas que consiguen cultivar con éxito. «Lo mejor de esto es ser tu propio jefe, cuando las cosas salen bien te sientes muy orgullosa” y añade “en muchos trabajos de hoy en día te quitan esa capacidad de decisión”.
Aunque los dos son ingenieros agrónomos, confiesan que sus estudios superiores les aportaron “una visión global para entenderlo todo mejor en su conjunto, pero no para cultivar a niveles no-industriales y en ecológico”. En eso son primerizos.
Lorena y David ponen en práctica el modelo que tanto está triunfando en el mundo anglosajón “from farm to table”, de la huerta a la mesa. Ellos mismos distribuyen las cestinas una vez a la semana. De momento la cadena de distribución es directa, sus clientes les confirman por teléfono, email o redes sociales el pedido y ellos los martes se lo llevan a la puerta. Pronto tendrán la opción de pedir las cestinas también a través de su página web. «No solo es agricultura ecológica, sino que además es producto local». Ambos destacan la estrecha relación con el cliente como una de las grandes virtudes de este tipo de negocio. «En momentos de crisis como el que estamos viviendo nos apoyamos unos a otros y eso es muy importante, yo voy al médico aquí, que a la vez es cliente nuestro y así con todo, lo que crea una red de confianza que da mucho apoyo».
Lorena comenta lo absurdo que es que la agricultura ecológica tenga tantos controles y la convencional ninguno ¨¿cómo puede ser que la agricultura industrial no tenga controles? No tiene sentido” afirma. “Con los pesticidas y demás, lo que se estudia es el efecto que tiene una dosis del producto en tu cuerpo, pero tienes que sumar la dosis que lleva el tomate, la berenjena, la patata…el efecto acumulativo que se llama, y no se está estudiando”.
Cuando tienen que responder por los precios dicen que “la agricultura ecológica es un poco más cara, a veces mucho más cara, sí, pero es cuestión de preferencias, puedes gastarte más en alimentación, o más en la farmacia» y continúan “mucha gente cambia a la alimentación ecológica cuando ya tiene problemas de salud y notan un cambio tremendo, ven que todo funciona mejor”.
Los modelos de consumo similares a Con Raíz han conseguido hacerse hueco en mercados como el británico, que lo hagan en el español es cuestión de tiempo.
Hola
Quería preguntar si también surtes tiendas. Tengo una frutería con sección de productos ecológicos frescos, envasados y harinas en Gijón.
Saludos