Hay quienes miramos a San Valentín con cierto desprecio. No somos ‘haters’, y no es que no creamos en el amor, es que vemos con malos ojos la necesidad de consumir en exceso para decir te quiero. Porque el amor, sí, es lo mejor que te puede pasar, pero es algo de lo que disfrutar a lo largo de toda una vida. Y eso se demuestra día a día, no necesitamos de una fecha en el calendario para decir lo que sentimos. Por eso celebramos que el amor hoy también puede ser antirromántico con algunas propuestas donde la gastronomía es la clave, aunque no sea el sitio más cursi, cuqui, romántico o especial. Si eres de los míos, hoy toca comida buena en sitios 100% anti San Valentín que hemos encontrado por Madrid.
Como la Cafetería HD (calle Guzmán el Bueno 67), un restaurante (ahora parte del Grupo La Musa) de los de toda la vida con una carta muy cuidada, selecta y en la que morirás al comerte una de sus hamburguesas, y acompañarlo después de unos de sus magníficos gin tonics. Ahora bien, no esperes globos en forma de corazón, paredes rosas o un menú a base de nombres cursis, este es un espacio cuya decoración ha mantenido la esencia desde su fundación en los años 60. No es el sitio más moderno ni minimalista, y eso nos mola.
Otro sitio donde hoy, como todos los días, vas a comer muy muy muy bien es en el restaurante y sidrería Casa Hortensia (calle Farmacia). Tienes que subir al tercer piso, como si fueras de visita a casa de tu abuela. Y allí en espacio que mira a la calle Fuencarral, te espera la mejor sidrería del centro de Madrid. Cuenta también con un restaurante con una carta de deliciosos platos asturianos. ¡Qué mejor que una buena fabada para este anti San Valentín! O un cachopo, o queso cabrales…
No podemos olvidarnos, que para celebrar un día antirromántico hay decenas de bares de los de toda la vida, donde poder disfrutar de un rato de cañas acompañadas de aceitunas, una anchoa con patatas fritas o unos frutos secos. Bares manolo, que nos alejan de las famosas cadenas de hostelería barata y fútil, donde si bien no se respira romanticismo pastel, sí se encuentra el calor de lo bien hecho, y la frescura de un público joven que busca refugiarse en lo de siempre. Sobre estos bares, ya hablamos anteriormente en algún artículo, como los bares de Malasaña o La Latina.
¿Y unos torreznos? ¿Puede haber plato más antirromántico que “pedazo de tocino frito o para freír” (RAE sic)? Posiblemente no. Pero es que, además, resulta que en Madrid hay bares especializados en este manjar. En el barrio de Salamanca o Chamberí el bar Los Torreznos, expertos en torreznos al estilo de Castilla, nos ofrece un plato rico y sabroso. Con sólo mirarlos la cursilería escapa al mismo tiempo que el colesterol nos alerta que el consumo debe ser moderado. Y si con torreznos no tienes suficiente, el chorizo de olla, bacalao o las patatas revolconas puede completar un menú delicioso y 100% anti San Valentín.
Los cafés siguen siendo protagonistas de las calles de Madrid, espacios del siglo pasado que siguen ofreciendo deliciosos desayunos y meriendas, e incluso cañas con alguna tapa. Tampoco es un espacio de lo más romántico pero desprende un espíritu años 20 que no deja de pasar desapercibido. Ejemplo de ellos son el Café Central (Plaza del Ángel), o el Café Comercial (Glorieta de Bilbao). ¿Quién dijo que un chocolate con churros no puede ser el plan perfecto para un 14 de febrero? Y si nos queremos gastar un poco más, y por ende, hacernos un poco más los cursis, el Café Gijón o el café El Espejo, ambos en el Paseo de Recoletos.
Son sólo algunos ejemplos de cómo pasar un 14 de febrero más, qué más da si es para celebrar el amor o que, simplemente, estamos vivos. Porque al final, lo que queda, es que podemos celebrar, y si es con comida buena, mucho mejor.
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