Vivir en un país eminentemente vegetariano hace que se active la imaginación: cualquier carne es buena para comer un plato que no sólo lleve verduras. Pero la realidad es que en carnes no hay mucha variedad.
Lo más común es el pollo en la india. El cordero se encuentra sobre todo en zonas musulmanas. El cerdo, en India, ni siquiera los hindúes o los cristianos lo comen porque lo consideran un animal “sucio” (razón no les falta). La vaca, descartada por ser sagrada (aunque si buscas, algún sitio especial se puede encontrar, eso sí, de calidad no como a la que estamos acostumbrados). El vacuno más fácil de encontrar es el búfalo: común en su vecino Nepal, en India se encuentra, pero en restaurantes de categoría. Con todo y con esto, el común de los mortales “no vegetariano” lo que come es pollo.
Así que, a pesar de no ser la única que se pueda encontrar en este país es, sin duda, la más barata y accesible, y en la mayoría de los establecimientos que ofrecen carne es la que llena el apartado del menú “non-veg”.
De primeras la primera receta que te sonará es el pollo al curry: tan variado como maneras hay de cocinarlo, se trata de un trozo de pollo en “salsa de curry” que no es nada diferente que una salsa con múltiples especias generalmente acompañada de arroz blanco. Cualquier plato de pollo en salsa suele ir acompañado de arroz o de roti. Si eliges la primera opción, el más recomendable es el arroz blanco, ya que la simpleza del arroz cocido es lo que mejor combina con la explosión de especias que ya es de por sí la salsa.
El murgh makhani (pollo con mantequilla) es, según algunos, el plato nacional de la India. Para casi la mayoría de los indios que comen carne, contestarán que éste es su plato favorito. Se trata básicamente de pollo marinado, hecho a la parilla, asado o frito (según se prefiera) y después sumergido en una salsa de mantequilla, puré de tomate y nata, a la que se añadirá, cómo no, especias variadas, tales como clavo, cilantro, comino o pimienta negra.
Pollo korma, cuyo nombre viene del urdu y quiere decir “braseado”, es también una opción muy común. Tras brasear la carne, se cocina con una salsa hecha a base de yogur, a fuego lento para que no llegue a cuajar. Originariamente se hacía en una olla y con carbón, para distribuir el calor de una manera proporcionada. Durante mucho tiempo fue un plato que indicaba prestigio: no formaba parte de la comida diaria y se asociaba siempre a la corte. En su salsa, las especies como el cilantro o el comino son imprescindibles.
En el norte de la India y en Pakistán el pollo kadai es también muy popular. Lo que lo diferencia del resto de platos es que lleva pimiento verde cortado en grandes trozos. A veces el tomate en vez de triturarlo también se deja en pedazos. Kadai significa literalmente “cocinado en wok”, por lo que el mejor utensilio para cocinarlo en éste.
Pollo tadoori también te sonará. Se trata de una especialidad de la zona del Punjab (tanto en la parte india como en la pakistaní) hecha en el tandoor: un horno con forma cilíndrica de carbón vegetal que cocina a muy alta temperatura. El pollo no se suele deshuesar y se marina con salsa de yogur y garam masala (una preparación de varias especias muy común en India) a lo que también se puede añadir jengibre o comino. A veces lo sirven en un color rojo muy llamativo: se trata de la versión más tradicional, que puede llevar pimienta de cayena, pimentón o polvo de pimiento kashmiri. Si lo has visto en un tono más anaranjado es porque le añadieron cúrcuma. Un chorrito de limón, a elección, le da un buen toque final.
Si lo que buscas es pollo deshuesado, sin salsa, tus opciones sin duda son el pollo tikka y el pollo malai tikka. El primero, más picante, se caracteriza por un color rojizo, mientras que el segundo es blanquecino. Ambos se marinan en salsa de yogur y se especian con garam masala. Se hacen también en el tandoori, trinchando los trozos para que tengan una perfecta cocción.
Y si lo que estás buscando es un plato único lo mejor es arroz pero con nombre propio: biryani con pollo o pulao con pollo. Ambos, además de esta carne, pueden tener verduras variadas. La diferencia entre un arroz biryani o un pulao, es que mientras en el pulao se cocinan todos los ingredientes juntos, en el biryani deben hacerse por separado. Aunque, como en todo, no existe una forma única de prepararse.
Vale, lo reconozco, no son mil las maneras de comer pollo en India, quizás el título es exagerado, pero lo cierto es que para ser la carne más accesible en un país eminentemente vegetariano, la variedad es requisito imprescindible.
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