El casco histórico de Pontevedra está de vuelta y parece que para quedarse. Tras una época de decadencia las actuaciones municipales de los últimos años han conseguido –no sin cierta polémica de vez en cuando- devolver a las calles de la ciudad vieja la vida que nunca tendrían que haber perdido. Hoy, el centro de Pontevedra vuelve a ser el corazón del ambiente de terrazas y bares de las Rías Baixas. A poco que se asome el sol, que en esta zona de Galicia se deja ver un poco más que en otras, las plazas hierven de gente buscando sitio en una terraza en la que pasar las horas.
De tal modo ha cambiado el casco en la última década que hoy podríamos proponer una ruta por sus restaurante contemporáneos, otra por sus terrazas con más encanto y otra, incluso, por aquellos cafés históricos, de esos con clientela de siempre y tertulias ilustres, que todavía perviven. Pero hoy me decanto por esa parte más popular, esa a la que no siempre es fácil llegar si vienes de fuera y no tienes un guía local. Y lo hago porque ahí, entre algunas otras que, como en cualquier ciudad, son más anodinas se esconden algunas tabernas que son ya auténticos tesoros, esos lugares que guardan la esencia de lo que era salir de vinos en la ciudad hace décadas y que siguen ahí, esperando a que descubramos ese auténtico carácter pontevedrés que preservan al margen de las modas. Nos vamos pues de tabernas por Pontevedra.
Porque si toda Galicia es muy de tabernas, si Lugo y Santiago tienen zonas con un ambiente muy vivo en ese aspecto, si el corazón de Ourense merece una visita y si Vigo se convierte en la capital de la taberna mariñeira, Pontevedra es la mejor representación de la taberna de las Rías baixas, esa taberna que combina la devoción por el vino de la tierra con el placer de disfrutar lo mejor del mar.
Y para disfrutar de este recorrido tabernario podemos seleccionar tres zonas principales del casco histórico. Para empezar, podemos movernos por los alrededores de la iglesia de La Peregrina y la Praza da Ferrería, auténtico corazón de la ciudad. Aquí, en un lateral de La Peregrina se encuentra Casa Fernández (González de Zúñiga, 4), aunque si preguntas por él muchos pontevedreses no te lo sabrán indicar, ya que aquí se conoce como O Parvadas (podríamos traducirlo por algo así como “El Chorradas” o “El Tonterías”).
Ahí lleva, casi un siglo, sirviendo cuncas de vino blanco, las tradicionales tazas de loza blanca en las que las tabernas ofrecían el vino en Galicia, hoy denostadas por los puristas pero que mantienen el encanto de las cosas de siempre. No esperes un trato de alta escuela ni una decoración puesta al día, aquí lo que manda es el trato familiar y el ambiente de siempre. Las cuncas, a 0,70€, pueden acompañarse con una ración de pulpo, de calamares, de empanada… Quién necesita más para entender lo que fueron siempre aquí las tabernas.
La zona de moda en cuanto a terrazas se refiere está en la actualidad algo más abajo, cerca del Museo, dividida entre la pequeña Praza da Leña y la Praza da Verdura. Aquí hay propuestas para todos los gustos, desde el tapeo más actual del Loaira (gestionado por el equipo del restaurante O Eirado da Leña, justo enfrente y también muy recomendable) a bares de siempre como el Rianxo. Pero hoy propongo una parada en Os Maristas, en los soportales de la Praza da Verdura.
Si no llueve cuesta un poco encontrarlo moviéndose entre las docenas de mesas de terrazas que ocupan la plaza, pero vale la pena el esfuerzo. Y si el día está más gris, intenta encontrar hueco en el pequeño local para tomar una de sus célebres nécoras o tal vez una tapa de oreja de cerdo cocida y servida con pimentón.
Continuando hacia el oeste por la calle Sarmiento nos adentramos, tras cruzar la Rúa Real, en el corazón de la zona de tabernas, en ese barrio que mantiene el ambiente decadente (cuando no francamente decaído) de muchos de sus locales de siempre. Pero no todo son esos sitios en los que seguramente dudarás si vale la pena entrar. Acercándonos hacia las Cinco Calles hay varias propuestas que, si bien siguen como siempre, resultan realmente atractivas. Podríamos hablar del Saudade, del Pitillo o del Cinco Calles, pero nos quedaremos con dos desde las que luego, si te apetece, puedes continuar el recorrido.
La Navarra (Princesa, 13) es uno de esos locales sin cocina, como las abacerías en el sur de España, que ofrece vinos de la casa, embutidos, conservas y lo que parece ser su especialidad, los tacos, unos bocadillos algo más grandes que un montadito, de chorizo, salchichón, sardinas en conserva o cecina. Perfectos en una noche en la que quizas hayas tomado un par de vinos de más.
Pero si lo que quieres es terminar con un plato en condiciones, entonces te recomiendo que bajes hasta el número 7 de la vecina calle de San Nicolás, hasta el Bar O Pulpeiro, y ocupes una de sus mesas de mantel de papel. No te compliques: para empezar pide pulpo y luego, si quieres, lo que te pida el cuerpo. Los precios son contenidos, la oferta clásica y el pulpo, según dicen, el mejor de la ciudad.
Al preparar este artículo se nos ha hecho la boca agua con:

Casa de Labranza A REGA SL (Chancelas-COMBARRO), Miguel 18 abril, 2015 at 7:38 pm
Muy buena indicación de “Tabernas de Pontevedra”, nosotros hacemos lavor de información a nuestros huéspedes y coincide plenamente, con estas informaciones estamos y estaís, aportando granito de arena al Turismo.
LISO 29 mayo, 2015 at 1:08 am
Lei que ha cerrado la tasca de Elijio,en una callejuela casi pegada a la calle Principe,en Vigo.Me acuerdo que cuando llegué a Vigo con la intención de estudiar en Peritos,fué lo primero que conocí y quedé con la boca abierta,me atendió el Sr.Elijio,con una bata azul y me puso una taza de ribeiro que suelen ser el doble de las que te ponían en Coruña.En mi vida había probado una taza de ribeiro de tanta calidad,nada que ver con lo que te ponían en Coruña que era,es y será autentica trilita.
daniel 1 septiembre, 2017 at 12:21 pm
No son tabernas ,pero bares cafeterias; no relacionado con el titulo