Bares underground

Jordi y Romina llevan seis meses tras la barra del Thesli Cafè, en la estación de metro de Plaça del Centre, línea 3 del metro de Barcelona. De cinco de la mañana a media tarde sirven cafés, preparan bocadillos y ven la vida pasar. Aunque llevan poco aquí, los clientes les conocen, y les preguntan por la salud de su perro, algo pachucho después de comer arena en la playa, mientras sirven cortados que amenizan la prensa matinal.
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“Surgió la oportunidad, y nos estuvimos informando con los propietarios de otros bares del metro. El antiguo dueño lo dejó porque esto es bastante esclavo”, cuenta Jordi. Hubo una época en la que muchas estaciones del metro tenían bar. Alguna, como la de Passeig de Gràcia –para algo la estación más cara del Monopoly barcelonés- retiene aún dos. Otros establecimientos albergan pequeños tesoros, como el trozo de muralla romana que hay oculto a la vista dentro del bar del metro de Plaza Cataluña, o se convierten en bares de copas la noche del sábado, la única en que el metro funciona toda la noche, como ocurre en la estación de Marina. Pero la mayoría han cerrado, sustituidos por enormes máquinas de vending.
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Los bares del metro de hoy en día nada tienen que ver con los años esplendorosos de la Avenida de la Luz: la primera galería comercial subterránea que se inauguró en España, en 1940, y que el régimen –sí, ese régimen- declaró atracción turística en 1949. Allí se podía comer y beber, porque había una tienda de vinos, otra de barquillos y gofres, que se vendían con el nombre de “pampers”, una bombonería y varios bares. Dicen las malas lenguas que en uno de ellos se fraguó el atraco al Banco Central de 1981. La Avenida de la Luz se fue degradando, y cerró en 1990. Hoy en día el espacio lo ocupa una perfumería pija.

En Plaça del Centre la parroquia está compuesta mayoritariamente por gente que va o vuelve del trabajo. Nada que ver con la de otras estaciones, situadas en las zonas de marcha y en las que los sábados por la mañana se sirve la última copa de la fiesta. El GlorYAna es más familar “Cuando vemos a algunos clientes bajar por la escalera ya les vamos poniendo el café con leche”. Cafés y pastas por la mañana, tostadas con aceite y tomate a todas horas –“gustan mucho, el pan es más ancho que el pan de molde de las tiendas”- y bocadillos de la plancha a mediodía, a menudo para llevar.
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Un San Pancracio y una Pilarica presiden la máquina de cafés. Han puesto vinilos nuevos con el nombre del local, elegido en honor a Thesalia, la abuela de Romina, en los cristales de la galería. Falta aún que el antiguo arrendador retire el cartel de la entrada que, con el nombre de Gloriana, recuerda quizás a una esposa, una madre, una hija… Jordi confiesa que a veces fantasea en aprovechar la estructura del bar, con una larga barra con tres lados, y reconvertirlo en un “diner” a la americana. “Pero eso requeriría bastante inversión, y los contratos de alquiler con el metro son de sólo dos años. Primero toca hacerlo rentable”.

Fotos: Mar Calpena

Al preparar este artículo se nos ha hecho la boca agua con:

Bares underground

Thesli Cafè

Desde las 5 de la mañana hasta las 5 de la tarde.
Vestíbul Metro L3 - Plaça del Centre
Teléfono: 931 26 83 68 
http://theslicafe.com

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