6 pastelerías de Gijón que no puedes perderte

Que en Asturias se come bien no es algo que vaya a descubrir yo aquí y ahora. Y que Gijón es, seguramente, la ciudad asturiana con una mayor diversidad gastronómica, el destino perfecto en el que disfrutar de una fabada mítica, del mejor pescado, de unas tapas de autor o de un buen cachopo, tampoco. Pero de un aspecto gastronómico del que se habla menos es, seguramente, de su faceta dulce. Y ahí hay todo un mundo por explorar.

Creo que somos muchos los que llegamos de fuera y nos dejamos llevar por el aroma a sidra de Cimadevilla, por las raciones de las sidrerías por toda la ciudad, los que nos acercamos a su mercado a por un pan de escanda o a por una buena morcilla y los que vamos a Coalla Gourmet a por los mejores quesos asturianos. Lo difícil en Gijón es que te llegue el tiempo para disfrutar de todos los aspectos gastronómicos que te apetecerían y que están ahí, a la vuelta de la esquina. Por eso, seguramente, las estupendas pastelerías de Gijón suelen quedar en un segundo plano. Aunque cuando mencionas las históricas como La Playa o las más recientes como Pomme Sucré o Aliter Dulcia son nombres que la gente reconoce y valora.

Confitería La Playa

Hacemos recorrido por una buena representación de las históricas pastelerías de Gijón, de esas que llevan ahí décadas, viendo pasar a generaciones de golosos. Hay, de hecho, tantas como para proponer un ranking interesante y dejarse algunas fuera. Así tenemos un buen pretexto para volver y seguir explorando. De momento, estas son nuestras seis favoritas:

• La Playa (C/ Corrida, 61):

  La decana de las pastelerías asturianas, una casa mítica de la repostería asturiana que lleva ahí, en pleno corazón de la ciudad, nada menos que desde 1921. Bueno, en realidad empezaron frente a la playa y llevan en su ubicación actual algo menos de 70 años. Imperdonable pasar por Gijón y no probar una de sus especialidades ya casi centenarias como las Princesitas, a base de pasta de almendra y yema, o sus pastas de nuez.

• Pomme Sucré (C/ Libertad, 26):

  Fundada en 2002 por Julio Blanco a Pomme Sucré le ha bastado poco más de una década para convertirse en uno de los nombres esenciales de la pastelería española. Una medalla de plata en el concurso nacional de jóvenes pasteleros y la formación junto a Paco Torreblanca avalan a Blanco. Pero no se trata aquí de lucir curriculum de una manera gratuita, así que me remito a los datos: su croissant está realmente bien, los milhojas no se quedan atrás y la pastelería más creativa del local bien vale la visita ¿Hace falta más?

Pomme Sucre

• Bombonería Gloria (C/ Fernández Vallín, 2):

  Hoy está al frente de este pequeño negocio de bombonería la quinta generación de reposteros de una saga familiar que arranca de la mítica Confitería La Avilesina (Santullano). En la actualidad son las hijas del chocolatero Pío Brun quienes están al frente del negocio y ofrecen a diario una selección de bombones artesanos en la que uno nunca sabe bien por dónde empezar: las rocas de avellanas, los pralinés, las trufas…

• Pomme Cuite (C/ San Bernardo, 70):

  Otra de las pastelerías de nueva hornada gijonesas que ha conseguido hacerse un hueco en poco tiempo. Su pequeño salón interior es uno de esos rincones que los habituales se rifan. Y no es para menos, porque a especialidades como sus macarons o su bizcocho de limón y mandarina se suman algunas propuestas saladas y más de una quincena de panes artesanos diferentes.

Bombonería La Gloria

• Agüera (C/ San José, 1):

  Más de medio siglo endulzando la vida de los que pasan por la calle San José son un aval más que suficiente del arraigo de esta pastelería tradicional. Pero, por si con es no hubiera suficiente, en 1992 crearon la Tarta El Salvador como símbolo dulce de la cocina asturiana y son célebres por algunas de sus recetas de repostería clásica como su Saint Honoré.

• Aliter Dulcia (C/ San Bernardo, 20):

  Mucho más que una pastelería. Aliter Dulcia es un sitio en el que tomarte un café acompañado de una ración de tarta casera o de una de sus tartaletas de limón, es un espacio destinado a talleres (de repostería, de panes, de roscones, etc.) y a la dinamización cultural a través de sus catas, sus sesiones de cuentacuentos y su programación de eventos.